Pekín, 30 ago (EFE).- La organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD) denunció hoy que la periodista china Zhang Zhan, liberada en mayo de este año tras pasar cuatro años en prisión por informar sobre el brote inicial de la covid en la ciudad de Wuhan, está bajo custodia policial desde hace casi de dos días.
Según CHRD, la Policía habría arrestado a Zhang cuando trataba de viajar desde Shanghái (este) a la provincia de Gansu, en el noroeste del país, para ayudar a la familia de un activista recientemente detenido a conseguir un abogado.
«Se ha perdido el contacto con ella desde hace más de 36 horas», señaló CHRD en su cuenta oficial de X.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresó igualmente su «alarma» por el hecho de que se encuentre «en paradero desconocido», y señaló que desde su liberación en mayo «ha estado bajo estrecha vigilancia policial».
Zhang fue detenida en mayo de 2020 y cumplió una condena de cuatro años en prisión por informar sobre el brote inicial de la covid-19 en la ciudad china de Wuhan.
Zhang siempre se negó a aceptar los cargos que se le imputaban, alegando que sus informaciones -publicadas a través de plataformas como WeChat y otras prohibidas en el país como Twitter o YouTube- no deberían ser censuradas.
Según Amnistía Internacional (AI), el trabajo de Zhang en Wuhan se centró en informar del acoso a otros reporteros y a familiares de víctimas del coronavirus durante el primer brote a nivel mundial de la pandemia de la covid-19.
AI pidió entonces su liberación y denunció que el juicio fue «un vergonzoso ataque a los derechos humanos» dado que la reportera «trataba de contar lo que estaba sucediendo en Wuhan en medio de una fuerte opacidad gubernamental sobre la pandemia».
La Fiscalía pidió una sentencia de entre cuatro y cinco años de prisión por «publicar repetidamente un gran número de informaciones falsas» y aceptar entrevistas con medios extranjeros para «exagerar maliciosamente» la situación del coronavirus en Wuhan.
Finalmente, Zhang fue condenada a cuatro años por «buscar pelea y provocar problemas», un cargo comúnmente utilizado por Pekín para atacar a disidentes, críticos y activistas de derechos humanos.