Pezeshkian, el médico tranquilo que busca el acercamiento a Occidente

Una mujer participa en el último mitin del candidato a la presidencia iraní el reformista Masoud Pezeshkian en Teherán (Irán). EFE/Jaime León

Teherán, 4 jul (EFE).- Con un mensaje de cambio y esperanza, el cirujano cardíaco Masoud Pezeshkian opta el viernes a la presidencia de Irán con una postura crítica con algunas políticas del país pero sin llegar a desafiar a la República Islámica.

Político de 69 años muy desconocido para el gran público, el reformista ha apostado por el acercamiento a Occidente, la reanudación del acuerdo nuclear y las críticas a la imposición del velo islámico.

Durante la campaña, el azerí, principal minoría étnica del país, ha transmitido una imagen de traquilidad y honestidad y ha admitido que el presidente tiene poderes limitados por lo que hay políticas que no podría cambiar.

Con ese mensaje ha logrado generar el suficiente entusiasmo entre el apático elector iraní como para liderar las encuestas para la segunda vuelta electoral del viernes, en la que se enfrenta al ultraconservador Saeed Jalili.

Su visión de Irán es opuesta a la de Jalili y a la del fallecido presidente Raisí, bajo cuyo mandato aumentó la represión social y política.

En sus mitines hombres y mujeres están revueltos, abundan los jóvenes, las chicas sin velo y se entona “mujer, vida, libertad”, el lema de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar el velo islámico en 2022.

De hecho su lema electoral es “Para Irán”, que evoca el título del himno de las protestas y cuyo autor Shervin Hajipour fue condenado a casi cuatro años por ello.

Una causa que el médico abrazó en su momento: “Es inaceptable que la república Islámica arreste una joven por el hiyab y devuelva su cadáver a su familia”.

Poco después, sin embargo, alertó contra insultar al líder supremo de Irán, Ali Jameneí, a quien ha reafirmado su lealtad durante la campaña electoral. Es decir, no es un opositor.

Durante la campaña ha reconocido una y otra vez el hartazgo de los iraníes y ha culpado a la clase política.

“La población está descontenta por nuestro comportamiento”, un mensaje que ha calado en cierta parte de la población, pero está por ver si la suficiente.

La primera vuelta de las presidenciales registraron la menor participación en los 45 años de historia de la República Islámica con un 39,9 % en la que se impuso ligeramente.

        Acercamiento a Occidente

El reformista, bloque político que busca cierta apertura del país, ha insistido en que es necesario que Irán se acerque a Occidente por su propio bien, para sanar la economía y desactivar las fuertes tensiones regionales.

Una postura que ha subrayado con la participación en su campaña del exministro de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, quien goza de un estatus de estrella del rock entre muchos iraníes y que negoció el acuerdo de 2015, que limitaba el programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones.

Todo el bloque reformista le ha apoyado con los expresidentes Mohamed Jatamí (1997-2005) y Hasan Rohaní (2013-2021) a la cabeza, grupo político que fue vetado en las presidenciales de 2021.

Y de hecho ha presentado su hipotético gobierno como un “tercer mandato” de Jatamí, el primer presidente reformista que insufló a Irán ciertos aires de apertura, y con quien entró en política en el año 2000 como ministro de Sanidad.

Nacido en la ciudad de Mahabad, en Azerbaiyán Oriental, de padre azerí y madre kurda, no estuvo implicado en la Revolución Islámica de 1979 más allá de cierto activismo estudiantil.

En 1980 abandonó la Universidad de Medicina de Tabriz para unirse como voluntario al Ejército iraní en la guerra contra Irak, un sangriento conflicto que se extendió hasta 1988, año en que regresó a los estudios y se especializó en cirugía cardíaca.

Devoto religioso, se dedicó también a la enseñanza del Corán, además de como profesor de medicina una vez que se licenció.

Tras ejercer de ministro de Sanidad con Jatamí, regresó a la política en 2008 como parlamentario y ejerció como vicepresidente del Parlamento desde 2016 hasta 2021.

En sus 16 años en el Parlamento ha destacado por sus fútiles intentos por despenalizar el consumo de algunas drogas, algo que considera una enfermedad, invertir más fondos públicos en zonas periféricas y subdesarrolladas como el Kurdistán iraní o la provincia de Sistán y Baluchistán, o la enseñanza de la lengua azerí en las escuelas de zonas de esta minoría.

Jaime León