Madrid, 27 abr (EFE).- En el primer año de la pandemia murieron en los hospitales españoles más de 200.000 personas, un 12,7 por ciento más que en 2019, y una cuarta parte fue debido a una enfermedad respiratoria, mientras que las altas descendieron en el mismo porcentaje, de forma más acusada en los meses de las dos primeras olas.
Así se desprende de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria 2020 publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que está marcada, advierte, por las propias circunstancias derivadas de la pandemia, que han repercutido sobre las variables que recoge.
El INE avisa de que no fue hasta el 1 de julio de 2020, pasado lo peor de la primera ola, cuando los hospitales españoles empezaron a usar el nuevo código de emergencia para la infección por Sars-CoV-2, el U07.1.
Habían pasado ya cinco meses desde que la OMS había otorgado un código de emergencia en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) para la codificación de las infecciones por covid; eso fue en febrero, y en abril fue implementado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (CDC/NCHS).
Pero en España, dada la situación de crisis sanitaria, el Ministerio de Sanidad, previa consulta con los representantes de la Unidad Técnica de todas las comunidades, optó por no implementar el nuevo código hasta que se produjese una disminución en la presión asistencial y los sistemas de información pudiesen asumir el cambio, lo que pasó iniciado ya el verano.
Hasta ese día, solo un reducido número de hospitales realizaba la codificación, de ahí que la estadística solo pueda contabilizar datos relacionados con el Sars-CoV-2 en el segundo trimestre del año.
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS Y CIRCULATORIAS, PRINCIPAL CAUSA
Teniendo en cuenta estos factores, el INE calcula que en todo 2020 se dieron 4.253.183 altas, un 12,7 % menos que en 2019, cuando ya se había roto seis años de tendencia al alza. La tasa de morbilidad fue así de 8,981 por cada 100.000 habitantes, un 13,2 % menos que el año anterior.
Los mayores descensos en el número de altas se dieron en los meses de marzo, abril y mayo, coincidiendo con la primera ola, y en los de octubre, noviembre y diciembre, periodo de la segunda, si bien lo peor de ésta no se dejaría notar en los hospitales hasta principios de 2021, de lo que aún no se hace eco la estadística.
Por comunidades, Cataluña presentó la tasa más alta por 100.000 habitantes (10.433), por encima de País Vasco (10.160) y Asturias (10.006). Por el contrario, Ceuta (5.353), Melilla (5.842), y Canarias (7.145) tuvieron las más bajas.
Las enfermedades del aparato respiratorio fueron el diagnóstico principal de las altas, con el 12,4 % del total (528.554), casi el mismo porcentaje que las del aparato circulatorio, que fue un 12,3 % (524.016), seguidas por las del aparato digestivo con el 11,6 % (494.775).
Un 3,2 % de los pacientes ingresados en 2020 tuvo como diagnóstico principal el coronavirus; sin embargo, si se observa solo el segundo semestre, cuando los hospitales ya asignaban el nuevo código, el porcentaje se duplicó al 6,3 %.
Como consecuencia, las altas por enfermedades respiratorias en el segundo semestre descendieron respecto a las del primero: hasta el 1 de julio, se dieron 5.332 de covid y 381.295 de enfermedades respiratorias, mientras que las otorgadas a partir de ahí ascendieron a 132.290 y 147.260, respectivamente.
Durante todo el año, fallecieron 211.221 personas en los hospitales, un 12,7 % más que el anterior, cuando fueron 187.393; las enfermedades del aparato respiratorio fueron la causa principal (24,7 % del total), desplazando así a los tumores (que en 2019 suponían el 22 % pero bajaron al 16,2 % en 2020). Entre medias, las enfermedades del aparato circulatorio, que supusieron el 16,7 %.
Dividido en semestres, en el primero murieron 39.291 pacientes por enfermedades respiratorias y en el segundo 13.045. Por covid fueron 16.914.
ESTANCIAS MÁS LARGAS, SOBRE TODO POR TRASTORNO MENTAL
La estancia media por alta hospitalaria fue de 8,7 días (8,1 en públicos y 10,4 en privados) frente a los 8,1 de 2019. En el caso de la covid-19 se eleva a 11,3 días.
En total, las estancias (es decir, el número total de días que permanecieron ingresados los pacientes que fueron dados de alta en 2020) ascendieron a 37,1 millones, un 6,2 % menos que en 2019 y dos tercios -el 67,2 %- correspondieron a la red pública.
Fueron los trastornos mentales y del comportamiento los que generaron más estancias (17,1 %), aunque solo supusieron el 2,4 % de las altas; ello es por el mayor periodo de internamiento hospitalario de los enfermos con esta patología en hospitales privados de larga estancia, aclara el INE.
De hecho, según los grupos de diagnósticos más frecuentes, las estancias medias más prolongadas correspondieron a los trastornos mentales y de comportamiento, con 60,8 días (50,6 en 2019), las enfermedades infecciosas y parasitarias, con 11,2 días (10,2 en 2019) y las enfermedades del aparato circulatorio, con 8,6 días (9,1 en 2019). La estancia media por infección por COVID-19 fue de 11,3.
El motivo más habitual de alta de los pacientes fue la curación o la mejoría (88,1 %), si bien crecieron las derivadas de fallecimientos (5 % frente al 3,8 % de 2019) y el resto a traslados a otros centros u otras causas.
Casi tres de cada cuatro altas, el 72,6 %, las dieron centros públicos, aunque la cifra es un 12,9 % que un año antes. También en los privados bajó un 12,2 %.
Por sexos, más de la mitad (51,7 %) se dieron a mujeres, aunque si se excluyen las producidas por embarazo, parto y puerperio, el porcentaje cae al 46,9 %; atendiendo a los grupos de edad, el mayor número se dio en personas de 65 a 84 años (35,7 %), seguido del grupo de 45 a 64 años (24,7 %).
El 65,2% de las altas hospitalarias del año ingresaron con carácter urgente frente al 62,8 % de un año antes.