
Madrid, 28 mar (EFE).- España no supo nada de un escritor español que triunfó en Francia mientras vivió. Agustín Gómez Arcos ocupa ahora un lugar en la cima de las letras actuales gracias al descubrimiento de su obra y de su vida, en lo que está influyendo el nuevo documental de Laura Hojman, en cines desde este viernes.
'Un hombre libre', se titula, y es el recorrido por la vida y literatura de un escritor «radical», como lo define en una entrevista a EFE la cineasta sevillana, quien tras devolver a la historia a María de Lejárraga y situar en primer plano a Antonio Machado, pone ahora toda su luz en Agustín Gómez Arcos.
Nacido en Enix (Almería) en 1933, fallecido en París en 1998, el narrador fue una eminencia en Francia gracias a sus novelas, que redactó en francés. 'El cordero carnívoro', 'Ana no' o 'El niño pan' son textos que le llevaron a protagonizar programas televisivos en el país vecino, a quedarse a un palmo dos veces de ganar el Goncourt y a ser autor de cabecera de François Miterrand.
En España, mientras, la nada. Ya no. Por el documental circulan personalidades como Pedro Almodóvar, Marisa Paredes o los dramaturgos Alberto Conejero y Paco Bezerra para reivindicar a Gómez Arcos.
Construir España para todos

Claves de su influencia actual, en opinión de Hojman. Una de ellas, su visión de España, de donde se fue en los 50 por la censura, a donde volvió en los 80 y de donde se fue de nuevo por culpa del rechazo.
«Habla de España mirándola fijamente a los ojos. La identidad de España, el concepto de España, lo seguimos asociando a lo que algunos sectores de la población nos han dicho. Gómez Arcos hace algo impresionante: decir 'no voy a permitir que os apoderéis de algo que es mío'», explica.
'Un hombre libre' acaba con una frase rotunda del escritor, dicha en francés: «España soy yo».
Añade Hojman: «Esto es el documental porque nos habla de cómo se ha construido España. A base de silencios. Es el momento de recuperar esas voces y traerlas a nuestro tiempo para construir una España más diversa en la que quepamos todos».
Una obra que da «esperanza»

Había «mucho resentimiento» en la literatura del almeriense, a juicio de la cineasta, porque «hay mucho dolor».
Sobre Gómez Arcos destaca: «Cuando alguien ha sufrido tanto, se ha sentido señalado y ha sido expulsado de aquello que le pertenecía, tiene derecho a escribir desde el dolor y estar enfadado». Con ese enfado escribe sobre memoria, feminismo, libertad y amor.
Afirma Hojman que «Gómez Arcos es el símbolo de un patrimonio cultural impresionante que perdimos». «Todas esas miradas y experiencias en los márgenes -incide- quedaron fuera del marco homogéneo de la dictadura, y al dejar fuera esto, España perdió un valor cultural que tiene que ver con nuestra construcción como sociedad».
Irrumpe una clave más del calado actual del escritor. Su obra «moderna y radical», señala Hojman, habla de edificar «un futuro mejor en estos tiempos difíciles» en los que «la desesperanza» prende con facilidad.
Que la juventud esté llegando a la escritura de Gómez Arcos es, para la cineasta, un motivo de «esperanza», porque está llegando así a la memoria de España.
Más cultura
La memoria es nota común en el cine documental de Hojman.
«La memoria es una herramienta de construcción de futuro; sin memoria perdemos la identidad», asegura antes de expresar su preocupación por los discursos y narrativas que «blanquean el franquismo», lo que achaca al «poco cuidado» que se ha dado en este país a la memoria colectiva», advierte.
¿Estamos a tiempo de cuidarla mejor? Hojman ensalza el valor de la cultura. «Qué importante es conocer de dónde venimos y ponernos en otros lugares, en otros ojos, y generar empatía y comunidad», concluye.