
Sevilla (España), 3 mar (EFE).- Las plantas de fruto carnoso interaccionan con multitud de animales que consumen sus frutos y dispersan sus semillas, un proceso clave para la regeneración forestal, lo que sugiere que existen unos patrones consistentes en la forma en que se organizan las interacciones ecológicas en la naturaleza, según un estudio de la Estación Biológica de Doñana, en Andalucía, sur de España.
El estudio, efectuado conjuntamente con la Universidad de Sevilla, justifica que a los animales frugívoros se les considere los “jardineros del bosque” y asegura que «en la naturaleza, multitud de especies de plantas y animales, o mejor dicho los individuos que componen sus poblaciones, establecen interaccionan entre sí y se conectan a través de relaciones mutualistas, generando así redes de alta complejidad».
Recién publicado en la revista 'PNAS', el estudio ha revelado cómo plantas concretas de varias poblaciones establecen sus interacciones con los animales frugívoros que consumen sus frutos.
Para llegar a esa conclusión se establecieron redes ecológicas basadas en plantas individuales y la comunidad de animales frugívoros de 44 poblaciones distribuidas en Sudamérica, Asia y Europa, abarcando 29 especies distintas de plantas.
“Nuestros resultados revelan que, de forma similar a los estudios de dieta centrados en animales, en promedio una planta individual recibe el 70 % de la diversidad de frugívoros existentes en la comunidad, lo que indica un grado de generalización considerable”, explicó Elena Quintero, investigadora y primera autora del estudio.
No obstante, el equipo científico comprobó la existencia de una alta variación en el patrón de interacciones entre los diferentes individuos de una población, de modo que, dentro de la misma población, podían encontrarse individuos que actuaban como generalistas, interactuando con muchas especies, y otros que se comportaban como especialistas, limitándose a interactuar con una o pocas especies.
Patrones generales en distintas poblaciones
Además, con el objetivo de identificar patrones generales en las distintas poblaciones, el equipo calculó diversos índices de redes para explorar cómo las plantas individuales establecen sus interacciones con la comunidad de frugívoros.
“Observamos que, en la mayoría de las poblaciones de plantas, independientemente de su especie o del ecosistema en el que se encuentren, solo un porcentaje muy reducido de individuos desempeña un papel clave en la red de interacciones”, según Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
Estas plantas individuales establecen múltiples interacciones con una alta diversidad de animales frugívoros y tienen un papel central en la estructuración de las interacciones dentro de su población y posiblemente en las dinámicas de regeneración forestal.
«Es probable que posean características distintivas, como una alta producción de frutos o ubicaciones estratégicas, que los convierten en recursos confiables para numerosos frugívoros”, según Quintero.
Este trabajo científico muestra cómo estudiar la naturaleza a nivel de individuos y permite comprender mejor cómo se organizan las interacciones dentro de los ecosistemas, además de demostrar cómo las interacciones mutualistas se estructuran de forma similar tanto a nivel de especie como a nivel de individuo y en diferentes ecosistemas, lo que revela patrones subyacentes y consistentes en la asignación de roles en la naturaleza.