Ruta de los Castillos de Segovia, un pedazo de historia a través de las murallas de sus fortalezas

En esta ocasión la ruta que proponemos no parte desde Alcorcón, proponemos una ruta por la historia medieval de Segovia a través de las murallas de algunos de sus castillos, no están todos los que podemos visitar en tierras segovianas, pero sí los más destacables. Naturalmente, hay que tomar el Alcázar segoviano como primera referencia de esta ruta.

Saliendo de la ciudad hay que dirigirse hacia la villa episcopal de Turégano.

Castillo de Turégano

 Aquí, en un altozano que domina el caserío, se encuentra la fortaleza, cuya restauración se ha efectuado muy recientemente, aunque no ha afectado al primer recinto de muralla, casi desaparecido, y sí se encuentra mejor la segunda muralla. En el interior, el castillo propiamente dicho, con una característica muy especial: el primitivo patio de armas fue cubierto en 1474, siendo obispo Juan Arias Dávila, para ampliar la capilla, con lo que el centro del edificio quedó convertido en iglesia. Una espadaña muy relevante da carácter singular al conjunto de torres y murallas. Personajes de la historia han pasado por este lugar: Alfonso I el Batallador y Doña Urraca, Juan II, Don Álvaro de Luna, Fernando el Católico y el secretario de Felipe II, Antonio Pérez, que estuvo prisionero aquí durante dos años. En Turégano también se pueden recorrer algunos espacios que conservan edificios antiguos de muy original estructura.

Castillo de Pedraza

Un tercer castillo se nos aparece en la medieval villa de Pedraza de la Sierra, también amurallada y con una sola puerta de acceso al caserío, que conserva muy bien bastantes de sus antiguos edificios y casas solariegas. En una gran explanada se encuentra el castillo, del que únicamente se conservan los altos muros y otros contados restos, así como la Torre del Homenaje, de tres plantas y forma cuadrada.

Castillo de Castillnovo

 Desde Pedraza hay un corto camino hasta el Castillo de Castilnovo, situado en un gran y arbolado parque; es de planta cuadrada, con un amplio patio central; hoy es propiedad de la Asociación Cultural Hispano-Mexicana, que le cuida con esmero. Fue erigido por los Reyes de Aragón y posteriormente perteneció a Don Álvaro de Luna y a los Reyes Católicos.

Castillo de Sepúlveda

A ocho kilómetros se encuentra la villa de Sepúlveda, una de las más pintorescas de la provincia, en la que sólo quedan algunos restos, sobre su muralla, del antiguo castillo, mirando a la Plaza de España. La visita a este lugar hay que completarla con la visión de su conjunto urbano y de monumentos ejemplares como las románicas iglesias de El Salvador, Nuestra Señora de la Peña y San Bartolomé. Sería bueno extender un poco más nuestro itinerario y desde Sepúlveda llegar a la pequeña localidad de Duratón. También desde Sepúlveda, la Villa de los Fueros, se puede viajar hasta Villaseca como punto de acceso a la ermita de San Frutos, Patrono de la Diócesis de Segovia, de estilo románico y enclavada en un agreste e impresionante paraje sobre las Hoces del Río Duratón, en cuyas márgenes se contemplan los restos del Monasterio de la Hoz

Castillo de Los Alburquerque

 La Ruta de los Castillos sigue hasta Cuéllar, la segunda población con más habitantes de la provincia. Su castillo de los Alburquerque es un formidable ejemplo de las fortalezas castellanas; bien restaurado después de años de destinarse a usos varios, incluso a prisión, hoy alberga también un centro de enseñanza y el archivo de los Alburquerque. Fue edificado por Don Beltrán de la Cueva, favorito de Enrique IV, y ofrece de entrada un enorme patio de armas con columnas y doble galería. Pero en Cuéllar hay que ampliar la visita al resto del conjunto urbano, en el que se conservan viejos palacios y edificios singulares, así como una valiosa muestra del arte mudéjar contenido en varios templos; el de San Martín sirve ahora como Centro de Interpretación del Mudéjar.

Castillo de Coca

Acabamos la visita a los castillos con el gran castillo de Coca, edificado por el arzobispo Alonso de Fonseca a principios del siglo XV, entre los ríos Eresma y Voltoya; se le considera el ejemplo más destacado de la arquitectura militar mudéjar. En la Villa también pueden contemplarse la puerta de acceso y otros monumentos destacados.