Una ruptura hizo que Alba Reche desechara un disco y gestara otro con el valor como lema

Asegura Alba Reche que, "salvo al mar", no le teme a nada, algo que cambió después de una ruptura sentimental que hizo tambalear parte de sus pilares, que la llevó a desechar un disco casi terminado y que usó como inspiración para gestar otro nuevo con el valor como lema para volver a ser feliz. EFE/Universal Music.

Javier Herrero

Asegura Alba Reche que, "salvo al mar", no le teme a nada, algo que cambió después de una ruptura sentimental que hizo tambalear parte de sus pilares, que la llevó a desechar un disco casi terminado y que usó como inspiración para gestar otro nuevo con el valor como lema para volver a ser feliz. EFE/Universal Music.

Madrid, 22 ene (EFE).- Asegura Alba Reche que, «salvo al mar», no le teme a nada, algo que cambió después de una ruptura sentimental que hizo tambalear parte de sus pilares, que la llevó a desechar un disco casi terminado y que usó como inspiración para gestar otro nuevo con el valor como lema para volver a ser feliz.

«No me da miedo que sean asertivas conmigo, ni explorar emociones ni darme a las relaciones, pero, después de lo que me pasó, por primera vez en mi vida sentí miedo. Me costaba comer, dormir y ver a mis amigas porque me costaba hablar de lo sucedido, porque me daba vergüenza admitir lo que me habían hecho. Y entonces me dije: ‘No puede ser, Alba'», relata en una charla con EFE.

Con esa honestidad ha abordado la composición y grabación de ‘No soy tu hombre’ (Universal Music), que se publica este jueves, cuatro años después del previo ‘La pequeña semilla’ (2021), en parte porque, tras la ruptura, decidió dejar en el tintero todas las canciones en las que llevaba trabajando durante un año y medio.

Como si de un diario se tratara, en apenas seis meses, de septiembre de 2023 a febrero de 2024, ya había reunido todo el material para este nuevo disco y dedicó el resto del tiempo a desarrollar la producción y la identidad visual del trabajo, muy marcado por la honestidad.

«Me merezco poder hablar de absolutamente todo lo que ha pasado y solamente decir la verdad», reclama la artista, que reconoce haber «abandonado las metáforas que utilizaba tanto» en sus anteriores discos para ser «muy directa».

En ese sentido, asegura que no le daba miedo exponerse a sí misma. «Yo estoy muy bien conviviendo con mi sensibilidad. Creo que ya se me sobreentiende como una persona vulnerable y muy emocional. Me importaba más por las canciones en las que hablo de situaciones que no solo me involucraban a mí», afirma sobre un álbum en el que reconoce emociones complejas y contradictorias a causa del dolor.

Ahí está por ejemplo el primer tema que escribió, ‘Digna de ti’. «Tengo clarísimo que la dignidad y la validación no pueden venir a través de otra persona, pero en ese momento yo me lo pregunté 80 veces», reconoce ante ese u otros cortes que salen «del estómago», como ‘Enemigo’ o ‘Tal para cual’.

Tras una primera parte más introspectiva, íntima y de lamento, con la guitarra como protagonista, precisamente ese ‘Tal para cual’, con unos arreglos repentinamente abrasivos que distorsionan la melodía, da paso a una segunda parte con otra sonoridad más de banda en la que la artista inicia su proceso de reconstrucción.

Con este álbum Reche consolida su perfil de cantautora, con el que se siente muy a gusto. «Me hace muy feliz ser autora de mis canciones y sentir que la gente reconoce por fin a las mujeres cantautoras como yo que hacemos pop, aunque sea un pop más alternativo y menos cercano a la radio; me parece todo un logro», celebra.

Entre sus canciones aparece la que da título al disco, con un propósito muy irónico. «Hace que te preguntes por qué está diciendo esto una chica como yo, que además represento bastante el lado feminista, vestida como estoy en la portada, tanto dicho para la otra persona como para mí», explica.

Felizmente llega el final del álbum con ‘Todo lo que conozco’ y Reche termina cumpliendo los propósitos que se planteaba en la apertura con ‘Mi casa’, una rehabilitación personal en la que repite la frase que ha convertido en un mantra de su vida: «Para ser feliz hay que tener menos miedo».

Solo precisa una salvedad en su lucha para vencer temores. «No puedo subirme a un barco sin pensar que voy a dejar de respirar en algún momento», confiesa tras relatar de dónde le viene este temor denominado talasofobia: de niña le picó un pez araña, se le durmió la pierna y se vio incapaz de nadar, por lo que tuvieron que entrar a sacarla del agua.