Berlín, 15 jun (EFE).- El Tribunal Constitucional (TC) alemán determinó este miércoles que la excanciller Angela Merkel rompió la obligación de mantener la neutralidad política desde su cargo, afectando los intereses de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD).
La sentencia del TC se refiere concretamente a la elección del liberal Thomas Kemmerich como primer ministro de Turingia el 5 de febrero de 2020, con los votos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el Partido Liberal (FDP) y AfD, que Merkel calificó de «imperdonable» y pidió que fuera revertida.
Con esas declaraciones, hechas desde Sudáfrica donde estaba en visita oficial, Merkel, según el TC, rompió con su obligación de guardar neutralidad y con la igualdad de oportunidades para todos los partidos.
La AfD había presentado dos demandas contra Merkel. Una contra sus declaraciones en Sudáfrica y otra con la publicación de las mismas en la página web del Gobierno.
Merkel había definido el 5 de febrero de 2020 como «un mal día para la democracia» ya que era la primera vez, y hasta ahora la única, que su partido, la CDU, votaba conjuntamente con AfD.
Kemmerich terminó dimitiendo a los pocos días por la presión pública y por la imposibilidad de formar un equipo de Gobierno y estuvo en funciones hasta marzo, cuando en una nueva votación fue elegido Bodo Ramelow, del Partido de la Izquierda, que gobierna actualmente en minoría con apoyo del Partido Socialdemócrata (SPD) y de Los Verdes.
La AfD ya había tenido éxito ante el TC en procesos contra el exministro de Interior Horst Seehofer y contra la exministra de Investigación y Ciencia Johanna Wanka.
Contra Seehofer la AfD presentó demanda después de que en la página del ministerio se publicara una entrevista suya con críticas a AfD. Contra Wanka por haber pedido, en un comunicado con membrete de su Ministerio, una «tarjeta roja» contra AfD.
En ambos casos el TC consideró que aunque como políticos de sus partidos Seehofer y Wanka podían formular ataques a AfD no debían hacerlo en su condición de ministros.
En la sentencia contra Merkel se especifica también que la obligación de mantener la neutralidad desde un cargo en el Gobierno «no excluye que los miembros del Gobierno, al margen de su función, puedan participar en la lucha por la formación de la opinión pública».
Una jueza, Astrid Wallrabenstein, votó en contra de la sentencia.