Beirut, 4 jul (EFE).- Un grupo de ONGs denunció este lunes la prohibición «ilegal» decretada por las autoridades libanesas a la organización de concentraciones de la comunidad LGTBI en el país, donde en las últimas dos semanas varios activistas han sido interrogados y se ha propagado una ola de odio en las redes sociales.
«La prohibición viola los derechos constitucionales de las personas LGTBI a la igualdad, libre expresión y libre asamblea, y las obligaciones del Líbano bajo la ley internacional, además de llegar durante una crisis económica y un clima en deterioro para los derechos de la gente LGTBI en el país», alertaron en un comunicado conjunto.
Aunque el país mediterráneo es considerado uno de los más progresistas de Oriente Medio, buena parte de su sociedad, fuertemente marcada por las divisiones religiosas, todavía perpetua la discriminación contra el colectivo LGTBI, especialmente vulnerable a la crisis iniciada en 2019.
Además, el artículo 534 del Código Penal, que penaliza a grandes rasgos las «relaciones sexuales contra natura», es a menudo utilizado para castigar la homosexualidad en el país, si bien en la última década varios tribunales han rechazado aplicar la norma en casos relacionados con la comunidad.
La polémica se desató el pasado 24 de junio con la filtración de una circular en la que el ministro de Interior, Basam Maulaui, ordenaba a los órganos de seguridad obstaculizar la celebración de eventos que «promocionasen la perversión sexual», alegando su oposición a las «costumbres» locales y los valores «religiosos».
Sin embargo, las 14 organizaciones, entre ellas Human Rights Watch y Amnistía Internacional, advirtieron hoy en su nota de que la medida carece de fundamentos legales.
Desde entonces, varios activistas por los derechos del colectivo han sido también interrogados en relación a un evento a puerta cerrada para el que, por ley, no necesitaban ningún tipo de permiso de las autoridades, de acuerdo con las ONGs firmantes.
Paralelamente, las redes sociales registraron una oleada de mensajes de odio contra la comunidad LGTBI, obligando a suspender una protesta en respuesta a la prohibición de asamblea por miedo a un estallido de violencia.