Algeciras (Cádiz), 11 jul (EFE).- La Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) de la Aduana de Algeciras, en colaboración con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia algecireña de la Guardia Civil, ha intervenido más de 200 toneladas de residuos altamente contaminantes que llegaron al puerto de Algeciras (Cádiz) en contenedores marítimos.
Así lo ha explicado el instituto armado en una nota en la que da cuenta de la operación «Boukali” desarrollada por la UAR, formada por agentes de la Guardia Civil y efectivos de Vigilancia Aduanera.
Están investigadas siete personas, tres de nacionalidad guineana, dos de nacionalidad senegalesa, una de nacionalidad nigeriana y una de nacionalidad española.
Se han recuperado 588 bombonas de butano y propano propiedad de mercantiles dedicadas a la venta de combustibles, que habían denunciado su robo, imputándole por este hecho a los investigados un presunto delito de receptación.
Entre los residuos también se encontraban multitud de piezas residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), continentes de gases refrigerantes y sustancias peligrosas, que influyen en el agotamiento de la capa de ozono y el calentamiento global, además de ser perjudiciales para la salud humana si no reciben la gestión y el tratamiento adecuados.
Asimismo, se han intervenido cinco vehículos preparados para su exportación, los cuales incumplían el reciente Real Decreto 265/2021 sobre los vehículos al final de su vida útil.
La totalidad del material intervenido ha sido puesto a disposición judicial, para que se autorice su entrega en un centro Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) para su gestión y descontaminación.
Las investigaciones comenzaron en mayo de 2021, cuando los agentes detectaron la existencia de una organización que estaba utilizando rutas de exportación desde el territorio nacional y del resto de Europa hacia países africanos para transportar en contenedores grandes cantidades de residuos no descontaminados.
La organización compraba en centros de reciclaje o desguaces residuos de alto valor, como motores de camiones o automóviles, compresores de electrodomésticos, aparatos electrónicos usados y otras piezas industriales que no eran sometidas al pertinente proceso de descontaminación exigido por la normativa vigente.
Tras recopilar la cantidad suficiente de residuos, la cargaban en un contenedor hasta completar su capacidad total, llegando en algunos casos incluso a superar la capacidad máxima de carga, lo que supone un riesgo para los propios buques portacontenedores. Se han llegado a intervenir 33 toneladas de residuos en un solo contenedor.
Una vez cargados los residuos, los contenedores viajaban en las rutas establecidas con países africanos, concretamente, a Senegal, Guinea, Nigeria, Ghana y Mauritania.
En estos países los residuos son manipulados por trabajadores sin ninguna protección. Asimismo, utilizan la quema sin control para extraer los materiales de interés, liberando a la atmósfera todo tipo de humos y gases contaminantes.
Estos traslados incumplían el amplio catálogo tanto de normativa, tanto comunitaria como nacional, en materia de tratamiento de residuos y medioambiente, ya que no adjuntan documentación alguna o aportan, en ocasiones, certificados de descontaminación sin validez alguna.
A la vez, esta práctica supone un grave riesgo para el medioambiente, al producirse derrames de sustancias altamente contaminantes como aceites industriales, o la fuga de gases refrigerantes.