Srinagar (India), 20 sep (EFE).- La industria cinematográfica india, con Bollywood al frente, ha vuelto a dirigir sus cámaras al idílico valle de Cachemira tras un paréntesis de tres décadas, cuando la violencia separatista la alejó de esta región en disputa.
El regreso de esta poderosa industria del cine se enmarca en el intento de la India de escribir un nuevo capítulo sobre Cachemira, por la que mantiene una larga disputa con Pakistán, con una serie de movimientos para tratar de acercar en lo político, económico y cultural a esta región de mayoría musulmana al resto del país.
Y es que el pintoresco valle del Himalaya indio fue una vez el escenario favorito para las películas de Bollywood antes de que un sangriento movimiento insurgente que comenzó en 1989 obligara a terminar el romance cinematográfico con el lugar.
LA HISTORIA DE AMOR
La historia de amor entre Cachemira y Bollywood comenzó en la década de 1960, la era en la que la entonces superestrella Shammi Kapoor bailaba y se deslizaba por las laderas nevadas para enamorar a su coprotagonista Saira Banu en el film romántico «Junglee», estrenado en 1961.
Kapoor, descendiente de la primera familia de la industria cinematográfica india, regresó en 1964 con sus icónicos pasos de baile para «Kashmir Ki Kali».
Entonces vino la era dorada de los años 70 y 80, en la que cualquier película india se consideraba incompleta si no contaba con una cuota de las montañas nevadas del idílico Gulmarg, los exuberantes prados de Lidder en Pahalgam, o un viaje en shikara, el tradicional bote asiático, navegando en el tranquilo lago Dal.
FIN DEL IDILIO
Sin embargo, una rebelión armada de carácter independentista, calificada como terrorista por Nueva Delhi, hizo estallar en 1989 un capítulo de violencia que cambió la imagen de la región y que ha causado decenas de miles de muertes, la mayoría civiles.
El movimiento insurgente de carácter islamista forzó incluso el cierre de salas de cine que luego se convirtieron en campamentos militares y centros de interrogatorio.
Fue el 31 de diciembre de 1989 cuando se abrieron por última vez los cines en el valle, y aunque hubo luego aperturas esporádicas, se acabó desistiendo por la violencia. En 1999 la explosión de una granada en un cine de Srinagar mató a un espectador e hirió a otros 14.
El conflicto redujo a solo unas pocas las películas que se filmaron las últimas tres décadas en Cachemira. Ahora, la nueva política de Nueva Delhi, ayudada por una reducción de la violencia, parece poner fin a la ausencia de Bollywood en la región.
Este año, al regreso masivo de turistas a Cachemira que huyen del calor hacia los lagos, arroyos de agua helada, y montañas cubiertas de nieve, se han sumado los actores de Bollywood y sus escenas de baile y romance en el valle.
Emraan Hashmi, conocido en la industria del espectáculo indio como el «besador en serie» gracias a sus películas para adultos como «Gangster» y «Murder», aterrizó en el valle para un drama militar, «Ground Zero», en el que interpreta a un oficial del Ejército indio.
«Primera vez en la ciudad paradisíaca de Srinagar. Cuenta atrás hasta cero… Luces, cámara, acción», escribió Hashmi en sus redes sociales acompañando una foto de su vuelo a Cachemira el mes pasado.
El también conocido actor Vicky Kaushal está filmando en Cachemira «Sam Bahadur», una película basada en el héroe de guerra indio Sam Manekshaw, jefe del ejército en 1971 cuando la India luchó en la Guerra de Liberación de Bangladesh contra Pakistán.
EL REGRESO DE LAS ESTRELLAS
Ahora bifurcada en dos territorios controlados directamente por el Gobierno hinduista del primer ministro indio, Narendra Modi, tras la decisión en 2019 de revocar su estatus de semiautonomía, la India intenta cambiar la imagen de esta región fuertemente militarizada.
Los funcionarios afirman que la violencia ha disminuido notablemente en Cachemira después del controvertido movimiento de Nueva Delhi que trajo consigo meses de toque de queda y duras restricciones para evitar disturbios.
El Gobierno de Modi justificó la decisión como el principio de una ruta para llevar la prosperidad a Cachemira.
Ahora como parte de este empeño, la administración local promueve el regreso del cine. Un funcionario del gobierno local aseguró a Efe, en condición de anonimato, que han recibido hasta 500 solicitudes para filmar y ya se han otorgado más de 150 permisos.
En los últimos días, el destacado productor y director de cine de Bollywood Sanjay Khan, mantuvo una reunión con el vicegobernador de la región, Manoj Sinha, para abordar precisamente la promoción de este destino a través de las películas.
«Cachemira ha desarrollado un ecosistema cinematográfico vibrante para traer de vuelta la era dorada del cine en la región», dijo el gobierno en un comunicado. La administración mencionó también la «nueva política de cine» que promueve las películas en Cachemira.
Maltratados por décadas de violencia, los actores y cineastas locales han recibido con agrado la decisión de que vuelvan los rodajes a la conflictiva región.
«Estoy contento con las actividades cinematográficas que se están dando, ayudarán a que la región crezca económicamente», dijo a Efe Mushtaaque Ali, un cineasta residente en Srinagar.
Las salas de cine también han comenzado a reabrir sus puertas, como la inauguración este martes en Srinagar después de tres décadas del primer multicine, coronando así el regreso de un Bollywood que nunca quiso abandonar Cachemira.
«A veces era difícil conseguir una entrada en la taquilla (…) Todavía recuerdo el día en que vi mi última película en hindi en una pantalla de cine en Srinagar, era ‘Apna Banalo’ (Hazme tuyo), en el cine Regal» hace más de 30 años, recordó a Efe Ghulam Hassan.
Shah Abbas