Madrid, 29 SEP (efe).- Soledad, mayor dependencia, peor salud… son algunos de los problemas que afectan a las personas mayores atendidas por Cruz Roja, el 66 % en riesgo de pobreza, agravados aún más por la pandemia, que les ha limitado sus actividades de socialización y de envejecimiento activo.
La covid ha enclaustrado a las personas mayores y les ha restado la capacidad para tomar decisiones, viéndose obligadas a seguir las normas para su protección, pero sin su opinión en muchos casos. La mitad de los mayores apoyados por la organización viven solas.
Son datos del Boletín sobre Vulnerabilidad Social de las personas mayores en el contexto generado por la crisis de la covid-19 presentado este jueves por Cruz Roja, junto a una campaña sobre el valor de las personas mayores, «SER MayorES», que desmonta estereotipos y muestra su aportación a la sociedad.
Uno de los mayores frenos para los mayores ha sido la brecha digital: El 73 % nunca utiliza internet, porcentaje que sube hasta casi el 90 % si tienen más de 80 años de edad.
«La falta de acceso y manejo de las nuevas aplicaciones digitales les ha impedido la gestión de servicios, prestaciones o incluso el acceso a los servicios médicos», ha explicado la directora de Estudios e Innovación Social de Cruz Roja, Estrella Rodríguez.
BAJAS PENSIONES Y SUBIDA DE PRECIOS
«La situación precaria que viven muchos mayores es en gran parte un tema estructural por las bajas pensiones que cobran, sobre todo las de viudedad, a los que les afectado mucho, y seguirá afectando, el incremento del coste de la vida, la subida del gas y la alimentación», ha indicado Rodríguez.
Aún así, cerca del 10 % ha ayudado económicamente a otras personas, principalmente, a hijos, pero también a personas de su entorno que tenían dificultades económicas, señala el informe realizado con 1.200 entrevistas, de entre los 380.000 mayores que atiende la organización.
MUJERES, OCHO DE CADA DIEZ
La media de edad de las personas que acuden a Cruz Roja es de 82 años, más de la mitad son viudos y el 70 % mujeres. El 17 % de los mayores tiene ingresos inferiores a 534 euros al mes, es decir, está en situación de pobreza extrema.
«A pesar de sus ingresos estables con sus pensiones, el riesgo de pobreza y exclusión social es muy alto, lo sufren el 66,2 % (el 26,4 % en la población); los hogares bajo el umbral de pobreza son del 64,9 % (el 21 % en el total) y los que se encuentran en situación de material severa el 13,9 % (el 7 %)», ha detallado la experta.
Las mujeres también son mayoría entre las personas que viven solas (78,5 %) y entre las que declaran tener dificultades para llegar a fin de mes (76,4 %). «Su situación es de mayor vulnerabilidad que la de los varones, tanto en lo que respecta a la salud física y psicológica, como a la situación socioeconómica o a los problemas de accesibilidad», detalla.
TIENEN MUCHO MIEDO A LA COVID
«Les ha impactado mucho en su salud la reducción de las consultas, se ha agravado la soledad, el aislamiento y el sentimiento de preocupación por el futuro: el 51 % tiene mucho miedo a los contagios y aunque se hayan relajado las medidas, ellos siguen con medidas de protección», ha destacado la responsable del estudio.
Pero también ha detectado un aumento de la discriminación por edadismo: más de un 80 % afirma que recibe un trato diferente por su edad y un 8,6 % que en los últimos 12 meses alguien ha tomado una decisión en su nombre sin consulta previa.
«Hemos apreciado también un incremento del estrés en los cuidadores tras el encierro durante tantos meses con la persona dependiente», ha añadido Rodríguez. El informe expone que se ha detectado algún caso de intento de suicidio.
Seis de cada diez de los mayores dice tener un estado de salud regular, malo o muy malo, y casi un 23 % que ha empeorado tras la pandemia.
El sentimiento de soledad es mucho más frecuente entre las personas que viven solas (en el 37 %), alerta la experta, quien ha mostrado el cambio radical en sus vidas que han sufrido las personas que antes del confinamiento ejercían un envejecimiento activo, que en algunos de ellos ha conducido a una depresión.
Además, en algunos casos han tenido que superar en soledad duelos por la pérdida de un ser querido o el miedo por la situación.
¿QUÉ LES PREOCUPA AHORA?
Su principal preocupación es su salud y la de sus hijos, seguido de los problemas de movilidad y el futuro de sus nietos.
«Muchos mayores siguen teniendo el miedo en el cuerpo y hay muchas mujeres muy aburridas», ha explicado Consuelo Catalinas, jubilada y voluntaria en los programas de acompañamiento a otros mayores, a los que llama por teléfono cada mañana. «Yo a todos les digo, arréglate para salir, andar y a reírse mucho».
«¿Mi mayor preocupación? No encontrarme sola», reconoce Magdalena Macarrón, participante de estos programas de acompañamiento. «He encontrado un apoyo con Cruz Roja para volver a entender mi vida; antes tenía a mi familia, mi marido, pero cuando todo se va hay que volver a vivir de una manera diferente y siento que soy una persona válida y que no dependo de alguien».