Del solo sí es sí a la ley trans: las batallas de Igualdad y el PSOE

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo. EFE/Salas

Noelia López

Madrid, 7 feb (EFE).- La decisión del PSOE de presentar en solitario una reforma de la ley del solo sí es sí tras la sucesión de rebajas de condenas a agresores sexuales abre una nueva brecha en las relaciones de los socialistas con Podemos y el Ministerio de Igualdad, ahondando las diferencias que ya marcaron ley trans y la prostitución.

El PSOE se vio obligado a sacar de la ley del solo sí es sí las medidas dirigidas a abolir la prostitución y el equipo de Irene Montero también consiguió aprobar un proyecto de ley trans que dividía a los socialistas, pero en esta ocasión, el partido liderado por Pedro Sánchez ha decidido plantarse.

Tras intercambiarse numerosos papeles y propuestas sin ser capaces de llegar a un acuerdo, este martes se sentarán en la mesa del Consejo de Ministros Montero y la titular de Justicia, Pilar Llop, encargada finalmente se diseñar la propuesta de reforma de una ley que fue polémica desde su inicios.

El proyecto estrella de Igualdad tardó más de un año en ser remitido a las Cortes por las discrepancias en el seno de la coalición de gobierno, principalmente entre Igualdad y Justicia, dirigido entonces por Juan Carlos Campo.

Superada esa etapa, la polémica volvió a estallar en el Congreso: varios grupos aliados del gobierno rechazaron dos artículos destinados a perseguir el proxenetismo y el PSOE, en el lado opuesto, presentó enmiendas para endurecerlos y caminar hacia la abolición de la prostitución.

Con la ley apunto de naufragar e Igualdad instando al PSOE a reconsiderar su posición, los socialistas se vieron obligados a retirar sus enmiendas en el último minuto, dejando en evidencia las diferencias en la coalición y también dentro del movimiento feminista.

Diferencias marcadas y públicas ya ante la ley trans, otra de las batallas en las que ha salido victoriosa Irene Montero.

Su defensa de la autodeterminación de género se impuso en Moncloa a las dudas jurídicas de la entonces vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que acabó fuera del Ejecutivo.

El intento del PSOE de limitar la libertad de los menores de 16 años a la hora de cambiar de sexo en el registro, a través una enmienda presentada en el Congreso, terminó también en agua de borrajas al no conseguir respaldo del resto de aliados parlamentarios, y la ley encara ya el final de su tramitación.

Mucho más retraso acumula la prometida ley contra la trata, otra de las normas que ha enfrentado a Igualdad -que diseñó una ley específica contra la trata con fines de explotación sexual- con Justicia, que apostó por una ley integral.

Salió adelante en este caso la apuesta de Pilar Llop, pero el anteproyecto espera todavía los informes de los órganos consultivos y no ha sido remitido a las Cortes.

La brecha ahora es mayor. El PSOE tiene claro que las horquillas de penas fijadas en la ley del solo sí son un «error» que hay que corregir ante la alarma social creada y el daño causado a las víctimas, pero Igualdad rechaza de plano una reforma que, a su juicio, supone volver al «Código Penal de La Manada».

Incapaces de llegar a una propuesta de reforma conjunta tras negociar durante semanas discretamente y sin el foco de los medios, ambas partes aseguran en público que aún confían en el acuerdo.