Buenos Aires, 3 abr (EFE).- Varios conductores de autobuses que protestaban por el asesinato de un colega en la localidad de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, arrinconaron a los empujones y le tiraron piedras y otros elementos al ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, quien logró retirarse del lugar escudado por la Policía.
El enojo de los conductores se despertó porque un chofer de la línea 620 fue asesinado en la madrugada del lunes cuando ladrones subieron al vehículo a robar y fueron enfrentados por un policía que viajaba en la unidad mientras conducía por La Matanza.
Berni se dirigió a los cortes de ruta que estaban haciendo los choferes manifestantes en la avenida General Paz (que separa la capital argentina de la provincia de Buenos Aires) y la ruta 3, que se sumó a la decisión de un paro en toda la zona oeste del Gran Buenos Aires, informado por el sindicato del sector, la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
El ministro de Seguridad, que estaba acompañado por el de Transporte, Jorge D´Onofrio, fue recibido a los gritos por los conductores, quienes lo golpearon, le tiraron piedras y palos y a los empujones lo acorralaron contra un paredón, donde se cayó y luego se levantó.
Berni, con el lado derecho de la nariz repleto de sangre, quedó atrapado entre la pared, con policías y periodistas haciendo un escudo humano ante los enardecidos choferes.
Los manifestantes le gritaban «mentiroso» e «hijo de puta» y le recordaban la promesas incumplidas de años atrás, luego del asesinato de otro conductor de la misma línea, en 2018.
El ministro, vestido con una chaqueta negra del Ministerio de Seguridad, decía «estoy acá, muchachos»; «si estoy acá es porque me interesa», pero los choferes le seguían gritando.
«Vamos a hablar», repetía Berni.
«Querés arreglar todo en la oficina y nos mentís. Hablá adelante de las cámaras», le gritaban.
Durante más de media hora, el ministro de Seguridad del Gobierno provincial del peronista Axel Kicillof estuvo contra la pared, donde le tiraron también botellas de plástico y pedazos de tomates y salpicaduras de tierra quedaron sobre su cabeza.
Si bien Berni insistía en hablar con los manifestantes, efectivos de la policía de la ciudad de Buenos Aires con escudos y palos liberan el camino para retirarlo; y la presencia policial sacó de control a los manifestante que tiraban vidrios, botellas, piedras.
Un escudo de policías llevó a la rastra al ministro, cubierto con un casco de ciclista, hasta un auto en el que se retiró del lugar.
En la zona quedaron los choferes, que declararon que sienten «miedo» cuando entran a los barrios: «Nos matan como a una rata», decía, insultando no sólo al ministro sino también al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
«Justicia, justicia, justicia», coreaban, así como también «Que se vayan todos. Que no quede uno solo». EFE
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