Huelva, 2 jun (EFE).- Un estudio realizado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) revela que el fuego puede tener efectos positivos sobre las comunidades de hormigas y abejas, aumentando su riqueza y diversidad tras un incendio forestal.
Para llegar a esta conclusión un equipo científico de la EBD-CSIC ha evaluado los efectos del fuego sobre las comunidades de hormigas y abejas en pinares mediterráneos de Andalucía.
Sus resultados a corto y largo plazo, ha informado la entidad científica en un comunicado, podrían sugerir que los incendios forestales en el Mediterráneo, al menos en sistemas de coníferas, no son tan negativos como se podría pensar y que podría tener algunos efectos positivos, especialmente, en comunidades de hormigas.
«Vivimos una época en la cual el régimen natural de incendios forestales ha sido sustituido por un régimen antrópico, de origen humano, caracterizado por ser severos, de mayor extensión y darse con mayor intensidad y frecuencia», ha explicado José Manuel Vidal, investigador predoctoral EBD-CSIC y primer autor del estudio.
Por este motivo, según el investigador, es de vital importancia conocer cómo responden los organismos a este régimen actual de incendios forestales y de este modo, tener datos para hacer frente al reto que esto supone para la conservación de la biodiversidad.
Para realizar este estudio, por una parte, se usaron dos grupos animales de estudio diferentes, las hormigas y abejas y también se evaluaron distintos tipos de respuestas al fuego, tanto taxonómicas como funcionales, como la riqueza en la variedad de especies y su abundancia, o los rasgos funcionales que presentan las especies.
Además, el estudio se llevó a cabo en una escala espacio-temporal en la que se muestrearon 35 pinares afectados por incendios forestales distribuidos por toda Andalucía, desde zonas quemadas recientemente a zonas en las que hubo incendios hace más de 40 años.
Los datos obtenidos confirman que la riqueza de especies de hormigas y abejas aumenta en las zonas afectadas por el fuego frente a las zonas no quemadas y ello «independientemente del tiempo transcurrido desde el incendio, lo que indica que estos efectos podrían prolongarse durante mucho tiempo», ha aclarado Vidal.
Además, seis de los trece rasgos funcionales de las hormigas que se analizaron diferían entre las zonas quemadas y las no quemadas.
Por ejemplo, en las áreas quemadas se observaban comunidades de hormigas con más especies que anidaban en el suelo y más especies estrictamente diurnas. Estas diferencias en los rasgos de las especies, sí que se iban reduciendo a medida que aumentaba el tiempo transcurrido desde el incendio.
Otras, sin embargo, persistían en el tiempo. En las zonas quemadas se detectó un mayor número de especies que presentan un mayor grado de diferencias morfológicas en la casta obrera (polimorfía) y también más especies cuyas colonias solo tienen una reina (monogínicas), con independencia del tiempo transcurrido.
Según los resultados que se extraen de este trabajo, el rejuvenecimiento de los sistemas de coníferas, siempre dentro de una planificación forestal, debería ser considerado como un promotor de la riqueza y diversidad de estas especies.