Madrid, 21 jun (EFE).- La nueva serie documental «Sofía y la vida Real» narra la vida de la reina Sofía y la imagen que tienen muchos españoles de ella como «profesional» y responsable, la cara más serena y visible de la anterior composición de la familia real, frente a los escándalos protagonizados por el rey Juan Carlos.
El documental, de cuatro capítulos, que se estrenará el 23 de junio en HBO Max, trata de explicar cómo Sofía pasó de ser una desconocida para los españoles, poco popular por ser extranjera y fría, a ser un personaje muy querido con el que los españoles han conectado y empatizado por su papel como mujer «herida» y «engañada».
La docuserie, codirigida por David Trueba y Jordi Ferrerons, recoge los testimonios de numerosos periodistas y políticos, además del juez instructor del caso Nóos, José Castro, el primero en la historia de España en sentar en el banquillo de los acusados a un miembro de la familia real, la infanta Cristina.
Trueba explica en una entrevista a EFE que decidió embarcarse en este proyecto junto con Ferrerons porque les pareció que, mientras que don Juan Carlos ha sido una figura muy trabajada, «la reina Sofía ha sido un personaje secundario que, prácticamente sin cambiar su aspecto físico, ha estado siempre presente y tiene algo de enigma».
El documental muestra cómo forjó su carácter reservado debido a su exilio de Grecia durante la II Guerra Mundial cuando era niña y al desarraigo que sufrió la familia real griega durante el siglo XX; ello hizo que confiase únicamente en su círculo cercano y se creara una barrera contra las dificultades de la vida.
Sofía de Grecia desplegó este carácter familiar como esposa del rey Juan Carlos, adoptando un papel de «madre-reina protectora» con sus hijos, a los que quiso asegurar matrimonios felices y por amor, se subraya en el documental.
Los testimonios recabados revelan su sufrimiento inicial por las infidelidades de su marido (llegando a abandonar España junto con el príncipe y las infantas tras descubrir a Juan Carlos I con otra mujer), que acabó aceptando con resignación, manteniéndose al lado de su esposo y siempre con buena cara hacia el exterior.
Los periodistas Jaime Peñafiel, Carmen Enríquez y Mercedes Milá, así como los políticos José Manuel García-Margallo, José Bono y María Teresa Fernández de la Vega son algunos de los participantes en el trabajo, con el que los directores han buscado acercarse lo máximo posible al círculo más íntimo de la reina.
Trueba ha señalado que la política de comunicación de doña Sofía es «muy estricta y sobria» y que las veces que la ha roto ha salido «trasquilada», refiriéndose a la polémica por las opiniones atribuidas a la reina sobre el aborto o el matrimonio homosexual en un libro de Pilar Urbano, luego desmentidas por Zarzuela.
Los directores también han querido reflejar la convivencia entre las facetas institucional y maternal de la reina emérita y la manera en que en ocasiones ha primado lo privado sobre lo público, como cuando visitó a la infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin en EE.UU., donde residían mientras eran investigados por el caso Nóos.
La docuserie también trata el otro gran escándalo de la familia real durante los últimos años: las presuntas comisiones percibidas por el rey emérito investigadas por la Fiscalía. Algunos de los entrevistados se preguntan hasta qué punto ella no sabía nada de los negocios de su marido.
Sin embargo, Sofía no se ha visto sepultada por el descrédito que ha acabado con don Juan Carlos porque ha sabido mantenerse al margen de estas controversias y, según Trueba, «ha asumido el rol de víctima de su esposo, pero quizás la verdad está en el punto medio».
El documental concluye con una reflexión colectiva sobre el papel la reina Sofía en la actualidad como una figura «incómoda» para Zarzuela, puesto que evoca la ausencia del rey emérito y un modelo de reina ya caduco, muy diferente al que encarna la reina Letizia.