La visita del cardenal Zuppi, oportunidad para un acercamiento entre China y el Vaticano

Imagen de Archivo del cardenal Matteo Zuppi.
EFE/EPA/CLAUDIO PERI

Pekín, 14 sep (EFE).- La visita esta semana a China del cardenal Matteo Zuppi, enviado papal para mediar por la paz en Ucrania, podría traer un acercamiento entre Pekín y el Vaticano tras años de discordia por cuestiones como la designación de obispos y la presencia en el país de una iglesia oficial «patriótica» y otra clandestina, leal a Roma.

Después de que la Santa Sede informara a comienzos de semana de que Zuppi viajaría al país asiático entre el 13 y el 15 de septiembre, la Cancillería china confirmó este miércoles que el cardenal visitaría «próximamente» el país.

UNAS RELACIONES TENSAS

La visita de Zuppi marca un avance en las relaciones entre China y el Vaticano, que no mantienen lazos diplomáticos desde 1951.

En aquel año, Pekín expulsó al nuncio apostólico en represalia a que el papa Pío XII excomulgara a dos obispos chinos nombrados por el régimen del entonces presidente, Mao Zedong.

Desde entonces, el nombramiento de los obispos católicos en el país asiático ha sido uno de los principales puntos de desacuerdo entre ambos estados, dado que Pekín considera que su nombramiento desde Roma es una injerencia y la Santa Sede no admite otros prelados que los designados por el papa.

Sin embargo, ha habido algunos nombramientos de obispos chinos realizados por Pekín que contaron con el visto bueno aunque no oficial de Roma, pero otros fueron rechazados por la Santa Sede, como el del obispo de Harbin (noreste) en 2012, que quedó automáticamente excomulgado.

En 2018, ambas partes firmaron un histórico acuerdo provisional sobre nombramiento de obispos, cuya renovación también provisional y sin cambios se anunció el 22 de octubre de 2020 y de nuevo el 22 de octubre de 2022, prorrogado hasta 2024.

Sin embargo, Pekín designó unilateralmente el pasado abril a Joseph Shen Bin como obispo de Shanghái, decisión que, pese a que fue aceptada por el papa, tensó las relaciones por no ceñirse al citado acuerdo.

El papa Francisco, para quien el acercamiento al gigante asiático es una prioridad, dijo ya en 2014 que «iría mañana mismo a China» si le invitasen», lo que le convertiría en el primer pontífice en pisar el gigante asiático, si bien Pablo VI estuvo unas horas en Hong Kong en 1970, cuando todavía era colonia británica.

Hace unas semanas, durante su vuelo a Mongolia en visita oficial, al sobrevolar China, Francisco envió un telegrama con bendiciones «de unidad y de paz» a Xi Jinping, presidente de China, donde existen entre 8 y 12 millones de católicos, según datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la iglesia oficial o «patriótica», establecida en 1957 por el Partido Comunista Chino, y la clandestina, en comunión con Roma.

Para restablecer relaciones con el Vaticano, China exige que Roma rompa lazos con Taiwán, en consonancia con la política de ‘una sola China’, y que la Santa Sede «no interfiera en los asuntos religiosos de China».

REUNIÓN CON REPRESENTANTE GUBERNAMENTAL CHINO

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Mao Ning declaró que el representante del Gobierno chino para Asuntos Euroasiáticos, Li Hui, se reunirá con Zuppi, que ha viajado en los últimos meses a Ucrania para reunirse con su presidente, Volodímir Zelenski, y después voló a Moscú, donde fue recibido por el presidente de la Federación Rusa para asuntos de política exterior, Yuri Ushakov.

Pese a que, desde el comienzo del conflicto en Ucrania, China ha mantenido una calculada ambigüedad según la cual ha evitado condenar la invasión rusa y pedido respeto para la integridad territorial de todos los países, la Cancillería aseguró que el país asiático está «dispuesto a trabajar con todas las partes para desempeñar un papel constructivo en la rebaja de las tensiones».

Li también ha visitado en los últimos meses Ucrania, donde aseguró que «todas las partes tienen que crear las condiciones para terminar la guerra» y «dar comienzo a conversaciones de paz», y participó el pasado agosto en la reunión sobre Ucrania celebrada en la ciudad saudí de Yeda.

A finales de abril y por primera vez desde el comienzo de la guerra Xi mantuvo una conversación telefónica con Zelenski en la que el líder chino aseguró que no observaría «el conflicto desde la lejanía esperando obtener beneficios» y tras la cual se anunció el viaje de Li a Ucrania.

Dadas sus buenas relaciones con Rusia, numerosas voces internacionales han pedido que Pekín use su influencia sobre Moscú para detener el conflicto. EFE

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