La Habana, 14 sep (EFE).- Estrechar la brecha tecnológica entre el Norte y el Sur es el objetivo de la cumbre del Grupo de los 77 y China que se celebra este viernes y sábado en La Habana, una cita con el desafío de ir más allá de lograr una retórica común en un foro tan diverso.
La cumbre, en la que participan una treintena de jefes de Estado y más de un centenar de delegaciones, supone según muchos expertos un éxito diplomático de La Habana, aunque también un enorme reto logístico y económico para la isla, en medio de una profunda crisis multidimensional.
Además de presidentes como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el argentino Alberto Fernández y el colombiano Gustavo Petro, está previsto que acuda el secretario general de la ONU, António Guterres, que en apenas 24 horas en Cuba va a dirigirse a la plenaria y reunirse con el presidente del país, Miguel Díaz-Canel.
Claudia Marín, experta del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba, destacó en una reciente conferencia de prensa la necesidad de «los países del sur» de «resolver» las «brechas profundizadas» que les separan de los países industrializados en innovación, ciencia y tecnología.
Esto fue especialmente evidente durante la pandemia de la covid-19, ahondó Marín, cuando las naciones en vías de desarrollo tuvieron «tremendas dificultades para acceder a vacunas y para atender sus problemas de salud». También lo es en el ámbito del calentamiento global.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró este miércoles en rueda de prensa que su país espera que la cumbre «contribuya a potenciar la voz del G77+China en la actual situación internacional, como parte de los procesos relevantes de negociación intergubernamental» previstos para las próximas semanas.
Llamó asimismo a los países industrializados a «no subestimar el valor» del mensaje de la cumbre y el «peso» de sus miembros en la ONU. También les instó a cumplir sus «compromisos» en materia de ayuda al desarrollo, deuda externa y financiación.
La presidencia pro tempore del G77+China, en manos de Cuba este año, habla en esta línea de «hacer realidad el derecho al desarrollo» y denuncia que «un club de países» acapare «la mayoría de las patentes, las tecnologías, los centros de investigación» a la vez que «promueve el drenaje de talentos» del Sur.
«Cuba cree prioritario unirnos, complementarnos, integrar nuestras capacidades nacionales para no quedar relegados ante futuras pandemias», aseguran los materiales de prensa que ha difundido La Habana. La solicitud de EFE para entrevistar a los organizadores de la cumbre no ha sido atendida.
Se espera que Cuba, como anfitriona y auspiciadora de esta cumbre extraordinaria, proponga más de una quincena de proyectos de cooperación Sur-Sur en el ámbito de la innovación, la ciencia y la tecnología, con un énfasis en los sectores sanitario y biotecnológico.
La otra cara de la moneda en esta cumbre se prevé que sea la demanda común a los países industrializados para que contribuyan al desarrollo del Sur, principalmente a través de la transferencia de tecnología.
Diplomacia multilateral
La cita en La Habana es para muchas de las delegaciones participantes la primera etapa de una gira internacional que concluirá pocos días después en Nueva York, donde se van a celebrar en breve la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Asamblea General de Naciones Unidas.
En Cuba, además de Guterres, Lula, Petro y Fernández, se espera a otros jefes de Estado de América Latina, como a la hondureña Xiomara Castro, el boliviano Luis Arce y el venezolano Nicolás Maduro, además de líderes de una veintena más de países.
Por parte de Pekín está previsto que acuda a La Habana el miembro del comité permanente del politburó del Partido Comunista de China y máximo responsable contra la corrupción, Li Xi.
Además, están llegando desde hace días a Cuba vicepresidentes, primeros ministros, cancilleres y ministros de decenas de países, de Singapur y Chile a Sudáfrica y Mongolia, pasando por Irán y Vietnam.
El G77+China, el mayor foro de concertación y diálogo en el marco de la ONU, agrupa a toda América Latina y el Caribe -salvo México-, África, Oriente Medio y gran parte de Asia -sin Rusia-.
Actualmente está conformado por 134 países, que suponen el 80 % de la población mundial y a dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.
Juan Palop