Ceuta, 1 oct (EFE).- El escritor y guionista aragonés Ignacio Martínez de Pisón, Premio Nacional de Narrativa (2015) por su novela «La buena reputación», ha resaltado que en España cada año «salen diez o doce buenas novelas» que serán recordadas en el tiempo y que seguirán siendo leídas en el futuro.
En una entrevista con EFE, Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), que reside en Barcelona desde 1982, ha valorado la «buena salud» del mundo editorial, ya que «ha habido novelas en el pasado que parecían que iban a ser clásicos eternos pero a los pocos años ya habían sido olvidadas y ahora todos los años leo unas cuantas novelas con mucho interés», ha dicho.
«Hay autores jóvenes que vale la pena seguirlos y también muy buenas escritoras jóvenes. Esto me agrada mucho, porque ha habido generaciones donde la superioridad masculina era aplastante, al menos en cantidad, y ahora si miras los autores de 30 años puedes ver que hay mejores escritoras que escritores», ha señalado.
Ha reconocido que su trayectoria no ha tenido curvas. «He hecho siempre mis novelas, sobre todo a partir de que descubrí que me importaba mucho el siglo XX español, sobre los rincones oscuros de la historia española de ese siglo. Me gusta descubrir cosas que la gente no sabe y, al mismo tiempo, que los personajes tengan vida y sean de carne y hueso», ha precisado.
Sus novelas, traducidas a una docena de idiomas, han mantenido esa línea, a pesar de que empezó joven, con 23 años, primeros años en los que opina que «sí que cambias, porque te estás haciendo como escritor», aunque a partir de 1996 sus novelas «se parecen todas entre ellas un poco porque ya el autor está hecho».
Público fiel
Su carrera, adornada por más de una veintena de obras, ha mantenido un público fiel. «Cuando empiezas como escritor no sabes si vas a tener una carrera literaria toda tu vida y vas a poder profesionalizarte, pero ahora, casi 40 años después de mi primer libro, he conseguido tener un puñado de lectores fieles, una editora que me defiende y gente que me lee, lo cual es muy importante para que uno tenga fe en sí mismo».
Llegar a esta conclusión se consigue «con mucha perseverancia e intentar dar siempre lo mejor». «Me he marcado como obligación que cada libro sea mejor que el anterior y no dar cualquier producto al público», ha sentenciado.
«Habrá escritores mejores pero no sé si serán tan trabajadores y tan perseverantes como yo», afirma el autor, a la vez que asegura que las nuevas tecnologías no han influido en su obra. «No he cambiado mi manera de escribir, igual algún escritor necesita una mayor difusión por redes pero yo soy un autor veterano que sigue haciendo lo mismo que siempre».
A los jóvenes escritores sí les recomienda «que lean mucho porque es el único aprendizaje. Ni talleres literarios ni cursos por correspondencia ni nada porque el mejor aprendizaje es leer y escribir. La literatura está del lado de la felicidad, leer es una de las cosas bonitas que tiene la vida y quien no ha descubierto la lectura todavía está a tiempo».
Ahora ya está pensando en su próxima obra, en la que contará detalles de su infancia y juventud. «Tenía especial interés en volver a Ceuta porque mi padre estuvo destinado aquí como militar y quería conocer el barrio de Hadú donde le robaron una pistola, e imaginarme a mi padre en esa barriada a finales de los años 50, aunque ahora es difícil porque es un barrio totalmente nuevo».
Numerosos galardones
El autor ha valorado las distinciones que ha recibido durante su carrera, entre las que figuran el Premio Dulce Chacón de Narrativa Española (2006), el de la Crítica de Narrativa Castellana (2011), el Ciudad de Barcelona (2012) o el de las Letras Aragonesas (2011).
«Esos premios que uno no pide y que te da un jurado que elige tu novela como la mejor del año es un aval de que estás yendo por el buen camino», ha comentado.
En Ceuta acaba de participar en la Biblioteca Pública del Estado en los «Encuentros con el autor», donde ha hablado sobre su última novela, «Castillos de fuego» (Seix Barral, 2023), «una novela histórica que habla del pasado español reciente porque son cosas que ocurrieron hace 80 años».
Rafael Peña