Oviedo, 19 oct (EFE).- La ONG Mary's Meals, Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2023 por dar de comer a millones de niños escolarizados en los países más pobres del mundo, tiene claro que en algún momento dejará de ser útil porque se acabará el hambre en el mundo, aunque lograrlo requerirá de un «esfuerzo descomunal».
«Creemos de verdad que llegará un punto en el que no hagamos falta porque todo el mundo tendrá acceso a alimentos», ha afirmado este jueves el director en Zambia de esta ONG, Panji Chipson Kajani, que mañana recogerá en Oviedo el Premio Princesa de Asturias junto a la directora de Marys Meals en Kenia, Amina Iddy Swedi, y su presidenta en España, Elisabeth Alexandra zu Lowenein.
El presidente y fundador de la organización, el escocés Magnus MacFarlane-Barrow no podrá hacerlo en persona, como tenía previsto, por una enfermedad sobrevenida que le ha impedido viajar hasta Asturias.
«Es una pena y vergüenza que no pueda estar por problemas de salud (…). Es un reconocimiento impresionante al trabajo para acabar con el hambre y me hubiese gustado estar ahí», ha señalado en un comunicado trasladado por la directora de comunicación de la organización, Felicity Read, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañada por Chispson e Iddy.
Pese a su ausencia, MacFarlane ha asegurado que su fundación está bien representada por unos «líderes que trabajan incansablemente para que millones de niños en el mundo puedan tener comida y recibir educación» y ha agradecido un galardón que ayudará a que se conozca más el trabajo que llevan a cabo en 18 países de África, Iberoamérica y Asia.
Entre ellos atienden las necesidades de decenas de miles de niños de Siria o Líbano, aunque por el momento no tienen planes para ampliar sus actuaciones en la franja de Gaza ante el conflicto abierto entre Israel y Hamás.
«No tenemos plan de ampliar y cubrir esta zona, pero seguiremos de cerca la situación y los acontecimientos y lo evaluaremos de forma continuada», ha afirmado Read tras incidir en que van siempre donde les necesitan.
Actualmente, Mary's Meals ofrece una comida diaria a 2.429.182 niños durante 205 días lectivos, que en muchos casos es la única que reciben en toda la jornada, aunque espera poder alcanzar los tres millones a lo largo del próximo año.
Impacto de la inflación
Once céntimos es la media que cuesta la comida diaria de cada niño -menos de 22 euros al año-, aunque esa cifra deberá revisarse dado el impacto que la inflación y la subida del precio de los alimentos ha tenido en los últimos meses.
«Hay que buscar la mejor comida con el mejor precio disponible», ha reconocido Read tras poner de relieve que la inflación les afecta mucho y les obliga a revisar constantemente suministradores y acuerdos para poder mantener unos precios bajos.
Para mantener los costes limitados, Chipson Kajani ha relatado que tratan de comprar siempre alimentos de origen local para no tener gastos de logística o almacenamiento y que piden que los proveedores lleven los alimentos a los colegios.
«Queremos un programa de alto impacto y bajo coste para los más vulnerables en algunas de las regiones más complejas del mundo», ha agregado Read, que ha incidido en que la respuesta de los voluntarios y donantes fue fascinante durante y tras la pandemia y que eso permitió mantener los programas de ayuda.
Con las donaciones que Mary' Meals consiguió el pasado año en España se paga la alimentación de 16.600 niños, una cifra aún lejos de las del Reino Unido, donde el año pasado la organización recaudó más de 15 millones de euros, casi la mitad del presupuesto de la fundación.
Una iniciativa surgida en 2002
El Premio Princesa de Asturias, según reconocen en esta ONG, les «dará notoriedad» y ayudará a conseguir más donaciones para un proyecto que surgió en 2002 a raíz de que su fundador visitase en Malaui a una madre que moría de sida y cuyo hijo mayor reconoció soñar con «tener suficiente comida y poder ir al colegio algún día».
Mary's Meals consiguió el Premio de la Concordia por «por su ejemplar dedicación a paliar algunos de los problemas más acuciantes del mundo actual» y haber desarrollado un «modelo de gestión imaginativo y eficaz» para optimizar los recursos y proporcionar comida a niños que se encuentran en zonas afectadas por una crisis alimentaria, al tiempo que estimula su escolarización.
«Nuestro esfuerzo es complejo, pero llegamos a los niños mas vulnerables del mundo», ha señalado Chipson Kajani, que ha reconocido que la inflación y la subida de precios es un «desafío que añade presión a la hora de poder cumplir» sus compromisos.
Aunque llevan alimentos a más de 2,4 millones de niños, hay unos 67 millones que no están escolarizados por motivos de pobreza y que deberían poder contar con una oportunidad, ha matizado Read, que ha recordado que Naciones Unidas se ha fijado como objetivo 2030 para erradicar el hambre en el mundo. «Esperamos y rezamos para que sea así, pero es un esfuerzo descomunal», ha añadido.