Naciones Unidas, 25 oct (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU fracasó de nuevo en sus intentos de frenar la guerra en Gaza, y sus miembros fueron incapaces de aprobar una resolución de Estados Unidos, que pedía establecer «pausas humanitarias», y otra de Rusia, que exigía un alto el fuego inmediato.
Son, respectivamente, el tercer y cuarto intento fallido que lleva a cabo el Consejo de Seguridad, lo que muestra la profundidad del enfrentamiento dentro del consejo, dividido entre Rusia y China, por un lado, y Estados Unidos, por otro, y que tiene maniatado al máximo órgano de Naciones Unidas.
La resolución estadounidense, vetada por Rusia y China
La resolución de Estados Unidos llevaba varios días circulando entre los miembros, y EE.UU. había accedido a algunas enmiendas para que no estuviera tan escorado en favor de Israel, pero a la hora del voto se opusieron Rusia y China (ambas con derecho de veto) y Emiratos Árabes Unidos.
Votaron a favor diez miembros, mientras que Brasil y Mozambique se abstuvieron.
La embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, había definido en sus palabras introductorias el día de hoy como «un test para todos nosotros, para la comunidad internacional y el mismo consejo», test que ahora parece fracasado ante la incapacidad del organismo de sacar adelante un mínimo texto de consenso.
El embajador chino, Zhang Jun, objetó que el texto de EE.UU. no llamara a parar «el uso de fuerza indiscriminado y asimétrico» por parte de Israel, y que supusiera «una aplicación tan selectiva de la legalidad internacional y los dobles raseros, que solo empujan a más civiles a la muerte».
Zhang lamentó que el texto no llamara específicamente a un cese de hostilidades. «El alto el fuego no es un término diplomático, significa vida o muerte de muchos civiles», expresó con una contundencia que suele ser rara en las intervenciones de los representantes chinos.
Más previsible fue la postura del embajador ruso, Vasili Nebenzia, quien consideró que el texto de Estados Unidos «no reúne los estándares básicos: no contiene un llamado al alto al fuego, no condena los ataques arbitrarios contra civiles ni critica el movimiento forzoso de las poblaciones (palestinas)».
Y sobre la frase del «derecho de los Estados a defenderse» (muy importante para EE.UU.), el embajador ruso la consideró «inadmisible cuando hablamos de un poder ocupante, y eso es lo que Israel es en el territorio palestino».
Rusia fracasa por segunda vez con su propia resolución
Como le sucedió la pasada semana, Rusia no logró los votos necesarios para aprobar su propia alternativa (se necesitan nueve votos favorables), por lo que no hizo falta a EE.UU. usar su derecho de veto: votaron a favor solo cuatro países (Rusia, China, Emiratos y Gabón), EE.UU. y el Reino Unido lo hicieron en contra y nueve países de abstuvieron, Francia entre ellos.
La embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, criticó que Rusia hubiera presentado esta nueva resolución «en el último minuto y con cero consultas», lo que en su opinión significaba trabajar «con mala fe».
Sin embargo, no parecen tanto las formas como el contenido del texto lo que se ganó la oposición de Washington: el texto ruso no solo pedía «un alto el fuego inmediato y duradero» (a lo que EE.UU. se ha opuesto con varios argumentos), sino que condenaba los ataques de Hamás y «inequívocamente los ataques indiscriminados contra los civiles en la Franja de Gaza».
Y además, recogía un «rechazo a las acciones de imposición de bloqueo a la Franja, privando a los civiles de los medios indispensables para su supervivencia», claras críticas a Israel que EEUU se niega a pronunciar.
De manera significativa, Emiratos Árabes, un país por lo general aliado de Estados Unidos y en tratos últimamente con Israel, se ha posicionado hoy en contra de la resolución de EE.UU. y a favor de la de Moscú, lo que parece marcar un viraje en su política exterior que refleja la importancia que los países árabes están dando a la cuestión palestina desde el estallido de la guerra en Gaza.