Salvador Ruiz
Málaga, 24 nov (EFE).- Rosario (36 años, Béjar), Eva María (46 años, El Puerto de Santa María) o María (40 años, Móstoles) son algunas de las muchas asesinadas por violencia machista recordadas en un cortometraje, en el que un grupo de alumnas de Secundaria de un instituto representan, vestidas de rojo, a las víctimas de esta lacra.
Ese intenso color tiñe también la fachada de ese centro de Torrox (Málaga) con medio centenar de prendas de vestir, una por cada asesinada reciente, dentro de su campaña que también da título al corto «¿No te das cuenta?», lanzada por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre.
Y la cuenta sigue: Belén, 24 años; Nina, 44; María Encarnación, 81; Sandra, 41… Son quienes protagonizaron como víctimas casos de esta violencia y que ocuparon su lugar como noticia en los informativos de los medios de comunicación conforme se iban produciendo, goteando la actualidad y también esta creación audiovisual.
Participan profesores y familiares
Profesores y familiares de estudiantes del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Alfaguar participan en el corto -de 8 minutos- junto a alumnos del centro y algunos del «Jorge Guillén», de la misma población, e integrantes de la asociación teatral local, dirigidos todos por David Navas, que lideró otros proyectos audiovisuales del Alfaguar.
El corto y la ropa roja de la fachada del instituto forman parte de una campaña de sensibilización y concienciación sobre la violencia de género con la que pretenden «remover conciencias», según asegura en una entrevista con EFE la directora del IES Alfaguar, Rosa María Torres.
En esta creación audiovisual se suceden en el denominado «Punto Guantes Rojos» llamadas sobre casos de violencia machista que se ilustran con la voz del relato periodístico de cada uno de ellos y aparecen personas con guantes rojos que simbolizan el acompañamiento a las victimas, que no pueden quedar solas.
El recuerdo de tantas víctimas
El asesinato de Rosario, de 36 años, en Béjar (Salamanca), confesado por su pareja, o la muerte de Eva María, de 46, con heridas de bala en El Puerto de Santa María (Cádiz) al dispararle su pareja, que confesó el crimen y tenía antecedentes de violencia con una pareja anterior, son historias reales que se evocan en el corto.
También el asesinato de Belén, de 24 años, por el que se detuvo a su marido, que aseguró que fue un accidente y que ella se hirió jugando con un cuchillo. La joven había salido a cenar con unos amigos y, al volver, los vecinos escucharon una discusión, gritos y llantos de una mujer.
O los casos de Nina, rumana de 44 años, víctima de un senegalés que confesó el ataque y tenía antecedentes por maltrato a otra mujer, o María, de 40, que murió apuñalada por su marido delante del hijo de 13 años, en Móstoles (Madrid).
Otras situaciones recogidas son las de María Encarnación, de 81 años, que falleció a manos de su marido, de 82, arrestado como presunto autor de la muerte tras intentar ahorcarse, o la de Sandra, de 41 años y origen boliviano, hallada en una carretera en Toledo en la que perdió la vida en un caso con indicios de haber sido atropellada.
Invisibilidad de esta violencia
Con ropa roja, «el color que más se ve», es como se representa a cada víctima porque «hemos llegado a no ver la violencia de género en el caso más extremo, que es el asesinato», según Torres, que considera que esta lacra «se convierte en invisible», se está dejando de ver: «La estamos normalizando, minimizando».
Como cree que no se le da la importancia necesaria, con ese color pretenden «llamar la atención», ya que «el silencio en la sociedad es el mayor cómplice de la violencia de género».
Añade que no son suficientes ya las movilizaciones, que se ha tenido que volver a sensibilizar, a concienciar sobre la existencia de la violencia de género, lo que ha motivado esta campaña, con un cortometraje que muestra un perchero lleno de vestidos rojos esperando, «por desgracia, a la siguiente mujer», a la próxima víctima.
En este instituto de Torrox se caracterizan por promover la prevención de la violencia de género, la lucha contra la LGTBIfobia y la defensa del feminismo, para lo que se han apoyado en reiteradas creaciones audiovisuales, y su labor ha sido reconocida con diversos premios, como en 2021 el Nacional de Buenas Prácticas al Fomento de la Convivencia Escolar, que concede el Ministerio de Educación, y otros galardones LGTBI.
Alumnos de 12 a 17 años del centro ya realizaron con anterioridad otro cortometraje para identificar conductas machistas y luchar contra la violencia de género, titulado «La decisión de Andrea», de 16 minutos de duración y grabado por completo en el instituto.
Este mismo año presentaron el largometraje documental «Imparables 2», que recogió testimonios de luchadores por los derechos del colectivo LGTBI en busca de «miradas que liberen, no que excluyan».
