Redacción Ciencia, 5 dic (EFE).- La investigación básica es el origen de todos los avances científicos, como la que permitió desarrollar las vacunas de ARN mensajero contra la covid-19 o los puntos cuánticos, presentes en las pantallas de muchos televisores, descubrimientos que este año reciben el Premio Nobel.
Los galardones se entregan el próximo día 10, en coincidencia con la fecha de muerte de Alfred Nobel, pero ya desde mañana los ganadores empiezan a llegar a Estocolmo para participar en una semana de celebraciones.
En esta ocasión son siete hombres y cuatro las mujeres reconocidas, entre ellas la nueva nobel de la Paz, la iraní Narges Mohammadi, cuyo galardón se entregará en Oslo, tal y como dejó establecido en su testamento el fundador de estos premios.
La bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman han recibido en los últimos años multitud de reconocimientos y ahora ha llegado el turno del Nobel de Medicina.
Sin embargo, el camino no fue nada fácil, con dificultades de financiación y poca atención del mundo científico a sus avances durante años, aunque perseveraron en sus investigaciones, que sirvieron de base para desarrollar vacunas de ARN mensajero (ARNm) en tiempo récord contra la covid-19.
Unas vacunas que han permitido salvar millones de vidas, frente a «una de las grandes amenazas a la salud humana en tiempos modernos», destacó la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo cuando se decidió el premio.
El ARN mensajero es un mecanismo que enseña a las células del organismo a pelear contra las enfermedades, y la técnica desarrollada por los premiados tiene aplicaciones en vacunas contra virus, como el de la gripe, además de las investigaciones ya en marcha frente al cáncer y otras enfermedades.
Ciencia básica es también la que hacen el francés Moungi Bawendi, el estadounidense Louis Brus y Alexei Ekimov, nacido en la antigua Unión Soviética, merecedores del Nobel de Química por el descubrimiento y síntesis de los puntos cuánticos.
Estos son unos nanocristales diminutos, aproximadamente un millón de veces más pequeños que la cabeza de un alfiler, que entre sus propiedades está la de emitir luz de diferentes colores en función del tamaño.
Los puntos cuánticos iluminan ya monitores de ordenador y pantallas de televisión basados en la tecnología QLED y los bioquímicos y médicos los utilizan para cartografiar tejidos biológicos.
El Premio Nobel de Física se ha concedido a los franceses Anne L’Huillier y Pierre Agostini y al húngaro Ferenc Krausz, por sus trabajos para generar con láser pulsos de luz de una duración de attosegundos e investigar así la dinámica de los electrones dentro de los átomos.
Han abierto así un nuevo campo de investigación que puede impulsar aplicaciones en áreas como la electrónica, el diagnóstico de enfermedades y la búsqueda de fuentes limpias de energía.
El Nobel de la Paz reconoce a la activista iraní Narges Mohammadi por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y por promover los derechos humanos y la libertad para todos.
Encarcelada en la prisión de Evin, Mohammadi cumple una pena de 10 años y lleva años entrando y saliendo de prisiones iraníes. Su activismo le ha costado 13 detenciones, cinco condenas de 31 años de prisión en total y 154 latigazos.
El novelista y dramaturgo noruego Jon Fosse es nobel de Literatura por «por sus innovadoras obras de teatro y su prosa que dan voz a lo inefable», algo que no se puede explicar con palabras.
Considerado uno de los principales dramaturgos de las últimas décadas, Fosse es intimista, reflexivo y minimalista, con obras innovadoras y difíciles de catalogar que le han hecho casi inventar nuevas formas literarias.
Declarado admirador de Federico García Lorca, su obra ha sido traducida a cuarenta idiomas y sus piezas teatrales representadas en unas mil producciones en el mundo, con títulos como ‘Namnet’ (El nombre, 1995) o ‘Dødsvariasjonar’ (Variaciones de la muerte, 2002).
Uno de sus trabajos más reconocidos en prosa es ‘Trilogía’, (2014), una saga de amor y violencia con referencias bíblicas y predecesora de su obra magna ‘Septología’ (2021), escrita en forma de monólogo en la que un artista anciano habla consigo mismo.
La estadounidense Claudia Goldin es la nobel de Economía, la tercera mujer en ganar este premio y la primera en hacerlo en solitario, por haber hecho avanzar nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral.
Goldin realizó el primer informe exhaustivo sobre los ingresos y la participación de la mujer en el mercado laboral a lo largo de los siglos.