OIM y ACNUR piden cooperación internacional para resolver emergencia humanitaria en Darién

Imagen de Archivo de la directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope.
 EFE/Bienvenido Velasco

Ginebra, 7 dic (EFE).- Una mayor cooperación internacional, que incluya apoyo a los países de origen y acogida de migrantes y refugiados, debe ponerse en marcha para resolver la «creciente emergencia humanitaria» en el Tapón del Darién, peligrosa ruta en la selva panameña que este año ha cruzado una cifra récord de 500.000 personas, indicaron hoy dos agencias humanitarias de Naciones Unidas.

Tras conocerse este miércoles la cifra récord, que duplica los números de 2022, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidieron en un comunicado conjunto una respuesta más contundente en el continente americano y «basada en cooperación y solidaridad».

«Los países de acogida requieren más apoyo de la comunidad internacional para fortalecer los servicios nacionales y brindar oportunidades integrales con el fin de que la gente tenga estabilidad y evite tener que realizar viajes tan peligrosos», señaló en el comunicado la directora general de OIM, Amy Pope.

El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, agregó que «los desafíos que estos movimientos de población sin precedentes son formidables, y ningún país está capacitado por sí solo para atenderlos».

OIM y ACNUR también piden redoblar esfuerzos para analizar las causas de que tanta gente deje sus países de origen cruzando el Darién, incluyendo problemas económicos y sociales, falta de acceso a la salud básica y la educación, violencia y abusos de derechos humanos.

El Tapón del Darién, que separa la América del sur de la central, se ha convertido en una de las rutas más transitadas del continente y a la vez más peligrosas.

En ella los migrantes y refugiados, además de tener que cruzar una selva sin carreteras y llena de riesgos naturales, están expuestos a la violencia, por la presencia de redes de tráfico de personas que practican la extorsión y el secuestro.

Venezolanos, haitianos y ecuatorianos son las nacionalidades más habituales entre los que cruzan esta ruta, aunque también hay personas procedentes de otros países de América e incluso de regiones más lejanas como el África subsahariana, Asia u Oriente Medio.