Esther Gómez
Marbella (Málaga), 22 ene (EFE).- Entre historias de fantasmas, fogones y estrellas Michelin se ha construido la leyenda de La Cónsula, la casa señorial en la que un día se alojó Ernest Hemingway y prestigiosa escuela de cocina durante los últimos 30 años, por la que han pasado cocineros como Dani García, Diego Gallegos o Celia Jiménez.
Ubicada en el distrito malagueño de Churriana, el centro de formación que se conoce hoy con el nombre de La Cónsula fue en sus orígenes una finca agrícola propiedad del presbítero de Cártama, si bien a mediados del siglo XVIII pasó a manos del cónsul de Prusia, Juan Roz.
Fue en esa época cuando se construyó la casa, entonces residencia oficial del cónsul y su familia, una villa de estilo colonial que se terminó de edificar en torno a 1859 y donde ahora se encuentra parte del aulario de la escuela, ha explicado a EFE su actual jefe de estudios, Miguel Ferrer.
Su nombre original fue el de Finca de San Rafael. El cónsul la bautizó así en honor a su mujer, Rafaela, quien tras la muerte prematura de Roz continuó viviendo en ella y encargándose de su mantenimiento.
Muchos de los vecinos de Churriana iban a trabajar a la propiedad regentada por la viuda del cónsul, a la que coloquialmente se conocía como 'la cónsula', relata Ferrer, y este es el motivo por el que la finca de San Rafael acabó llamándose así.
Finca de recreo de la burguesía
Junto con La Concepción y San José, en el siglo XIX pasó a formar parte del patrimonio de la familia de Manuel Agustín Heredia, uno de los principales responsables del desarrollo industrial de la ciudad de Málaga, y de su consorte, Isabel Livermore, convirtiéndose en finca de recreo de la pudiente burguesía malagueña.
«Con bastantes negocios en ultramar», recuerda Ferrer, Amalia Heredia plantó muchas especias de fuera en La Concepción -la finca que heredó de sus padres- y «todas aquellas plantas que se trajeron para el jardín de La Concepción, (su hermano) Enrique las traía para La Cónsula».
Sería precisamente Enrique Heredia el que transformaría definitivamente los jardines en un espacio singular, ordenándolos al gusto de la época y poblándolos con especies exóticas y tropicales como araucarias, palmeras, nueces pecanas o diferentes variedades de aguacates.
Ya en el siglo XX, La Cónsula pasó de los Heredia al matrimonio formado por Annie y Bill Davis, empresarios americanos a los que unía una gran amistad con el periodista y escritor estadounidense Ernest Hemingway, que pasó largas temporadas junto a ellos en la finca.
Donde Hemingway conoció a Dominguín
Entre sus paredes escribió varios artículos sobre tauromaquia en los que abordó, entre otros, la «rivalidad que existía en su momento entre Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez», a los que allí trató personalmente y que reuniría en su archiconocida novela 'Fiesta'.
Al año siguiente, Hemingway regresó a Málaga y ese año vio la luz, concebida en su escritorio de La Cónsula, la obra 'Un verano peligroso'.
No es casualidad, añade, que 'Fiesta' haya sido el nombre elegido para el restaurante de la escuela y que la mesa donde se anotan las reservas sea una reproducción del escritorio que utilizó el premio Nobel de Literatura mientras estuvo en la casa, añade su jefe de estudios.
Tras periplos varios y épocas más oscuras, incluida la Guerra Civil, en la que La Cónsula enarboló la bandera americana para mantenerse a salvo de la contienda, el Ayuntamiento de Málaga compró la finca a Anne Bakwel Davis en 1973.
Años más tarde, en 1984, se llevó a cabo su restauración, que terminó en 1993 con la creación de un consorcio entre el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía para convertir la casa en la sede de la Escuela de Hostelería de Málaga.
De Dani García a Celia Jiménez, la primera con Estrella
Desde entonces, en ella se han formado varias generaciones de cocineros de renombre, estrellas Michelin incluidos, como Dani García, que hoy regenta un imperio de restaurantes repartidos por todo el mundo, o Celia Jiménez, la primera mujer en hacerse con una Estrella de la guía roja.
A día de hoy, la escuela se centra en formar a grupos «bastante reducidos» de estudiantes de hostelería -25 cada vez- con el objetivo de «especializarlos en una cocina de alto nivel y mantener la excelencia de los que salen», recalca Ferrer.
Igualmente, han cursado estudios en La Cónsula el chef de origen brasileño y Estrella Michelin Diego Gallegos, estandarte del pescado de río y la cocina sostenible, o el también Estrella Michelin José Carlos García, referente de la gastronomía malagueña.
Tras la paredes de La Cónsula se esconden las historias y los secretos de algunos de sus ilustres moradores y visitantes, y hay quienes comentan -entre risas e incredulidad, no exenta de cierto respeto- que por sus estancias merodean fantasmas.
Un vigilante de seguridad se dio de baja de un día para otro después de pasar una noche en la escuela, relata el jefe de estudios. «Nos dejó escrito un informe donde decía que no volvía a pisar La Cónsula por la noche» porque había notado «cosas extrañas. No volvió».