El dilema de las mascarillas: ¿doble mascarilla? ¿FFP2? ¿quirúrgica?

Mascarillas quirúrgicas

Con la nueva orden que llega desde Consumo, las mascarillas de tela deben tener garantizar una filtración del 90% como mínimo

Desde que las mascarillas han llegado a nuestras vidas ha habido un gran debate sobre cuáles protegen más y cuál es la manera correcta de colocarlas. El pasado miércoles los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) hicieron una recomendación para prevenir los contagios de las nuevas cepas: el uso de la doble mascarilla. En este estudio se demostró que el uso de la doble mascarilla garantizaba una protección del 95% frente a la entrada de aerosoles potencialmente infecciosos. El estudio elaborado por los CDC empleaba una mascarilla quirúrgica y encima una de tela. La función de la mascarilla de tela es tapar los posibles agujeros que deja la quirúrgica en la cara y por los que pueden entrar partículas infecciosas.

El médico Jesús Molina Cabrillana, secretario de la Sociedad Española Medicina Preventiva Salud Pública Higiene (Sempsph) asegura que “el hecho de que las nuevas variantes sean más transmisibles hace que haya que ser más riguroso».

Desde que el pasado miércoles saltase esta noticia, expertos en Medicina Preventiva no aconsejan del todo el uso de la doble mascarilla. Según el experto Juan Francisco Navarro, “llevar dos mascarillas supone que una de las dos no está bien ajustada”. Los expertos enfatizan en que lo más importante para quedar protegidos frente a los aerosoles es llevar la mascarilla bien ajustada a la nariz y la boca. «Está comprobado que un déficit de ajuste del 2% hace que la mascarilla pierda un 70% de poder de filtrado», asegura Navarro.

Para lograr un mejor ajuste se han creado diferentes propuestas como, por ejemplo, una banda de nylon o un dispositivo de plástico que se coloca sobre la mascarilla para que esta quede bien sujeta a la cara. Si bien, Molina Cabrillana advierte que «es para el ajuste y no para mejorar la filtración». Si llevamos una mascarilla realmente eficaz y debidamente colocada ya estamos bien protegidos.

El gran abanico de posibilidades que existe en torno a las mascarillas permite que utilicemos unas u otras dependiendo de dónde nos encontremos y qué características tenga el entorno. Es decir, si nos encontramos en un lugar donde no se puede respetar la distancia de seguridad y no hay buena ventilación, los expertos recomiendan las FFP2. Pero si estamos al aire libre la mascarilla quirúrgica es más que suficiente para los expertos. El uso de la doble mascarilla lo recomiendan para aquellas personas que están en primera línea combatiendo el virus como pueden ser los sanitarios en las UCI. En este caso pueden utilizar una FFP2 y encima una quirúrgica. Así pueden cambiar la qurúrgica y alargar la “vida” de la FFP2.

La polémica con las mascarillas de tela

Ayer jueves el Ministro de Consumo, Alberto Garzón firmó una orden para que se prohibiera vender mascarillas de tela que no tengan filtro. Muchas de las mascarillas de tela que usábamos hasta ahora no tenían una certificación que asegurase su protección. Con la nueva orden que llega desde Consumo, las mascarillas de tela deben tener garantizar una filtración del 90% como mínimo. Desde los CDC de Estados Unidos recomiendan que, si queremos llevar una mascarilla de tela que no esté certificada, lo ideal es llevar debajo una quirúrgica para estar realmente protegidos. Pero si llevamos una mascarilla de tela con su certificado no es necesario llevar doble mascarilla.

También hay que recordar que el uso de las mascarillas es una medida más, no la única. Para evitar los contagios es necesario mantener la distancia de seguridad de mínimo dos metros y lavarse frecuentemente las manos.