Madrid, 21 mar (EFE).- El PSOE se ha comprometido a rebajar el tono en el Congreso para mejorar un ambiente muy embarrado estos días por los ataques entre el PSOE y el PP por el caso Koldo, el fraude fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso y la supuesta relación de la mujer de Pedro Sánchez con el rescate de Air Europa.
Todo esto agitado y mezclado con la amnistía ha dado lugar a un cóctel explosivo de decibelios en la cámara, con insultos, palabras muy gruesas y hasta gritos que, según advierten algunos diputados que se sitúan al margen del choque PP-PSOE, genera mucho alejamiento de la ciudadanía.
Ante esta situación tan crispada, que se ha mantenido también este jueves en el pleno, el portavoz del PSOE, Patxi López, ha asegurado que ellos van a intentar aplacar los ánimos: «Por la parte que nos toca, moderaremos».
También ha dicho que hay que comportarse con educación, respeto y decoro, «no utilizando todo y no considerando al adversario como un enemigo», aunque otros miembros del Partido Socialista, como el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha quitado toda responsabilidad a su partido y ha afirmado que el clima se reconduce aceptando los resultados electorales.
Mientras, el PP culpa de este clima al PSOE y piensa que la manera de reconducirlo es hablando de política «y teniendo un gobierno que gobierne, pero como no hay gobierno, no tiene más remedio que insultar», ha apuntado la secretaria general del grupo parlamentario, Cuca Gamarra.
Miguel Tellado, portavoz de los populares ha cargado también contra los socialistas porque «vienen a gritar y a insultar, y eso es muy mala idea y da muy mala imagen».
En este cruce de reproches, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, reconoce que la imagen que se está dando a los españoles desde las Cortes es «vergonzosa» pero pone responsabiliza completamente al PP por cometer «agresiones excesivas» contra ellos desde el inicio de la legislatura «¡y ya va siendo hora de poner pie en pared!», ha exclamado.
Alfonso Gómez de Celis, secretario del Área Institucional y Grandes Ciudades del PSOE, pone igualmente la pelota en el tejado del PP y cree que la manera de calmar los ánimos pasa porque su líder, Alberto Núñez Feijóo, «dé órdenes a toda su bancada y a él mismo de volver a la senda institucional».
«Es muy triste ver al PP radicalizado y con tendencia ultras, sometido a lo que Vox va imponiendo», ha señalado el diputado quitando toda culpa al PSOE de este clima tan bronco: «Si se cogen las actas podremos comprobar el absoluto desequilibrio».
Fuera del rifirrafe de estos dos partidos mayoritarios, han alertado del peligro que supone tensar en exceso el clima político, entre ellos el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, que ha avisado de que es el electorado progresista el que más se aleja cuando el ambiente es tan desagradable y ha sacado pecho del comportamiento que tienen los de Yolanda Díaz.
Para Errejón es fundamental que los diputados no contribuyan a crispar, que los medios «no pongan el foco solo en los que insultan» y porque se reconozca el derecho del adversario a hacer críticas duras «y a existir», aunque ha culpado sobre todo al PP y a Vox de haber llegado a este punto.
Desde ERC, Teresa Jordá ha emplazado a PP y PSOE a que «se miren a sí mismos y reconozcan que esto no puede continuar así porque esto lo que provoca es la desafección de los ciudadanos con la política.