Berlín y Roma disienten sobre la iniciativa francesa de una preferencia europea industrial

El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire (C), al término de una reunión en París con sus homólogos responsables de la cartera de Industria de Alemania, Robert Habeck (IZQ), e Italia, Adolfo Urso (DCHA). EFE/EPA/YOAN VALAT

París, 8 abr (EFECOM).- Francia, Alemania e Italia coinciden en que la Unión Europea (UE) debe dotarse de una política industrial que combine un apoyo a los sectores estratégicos con un alto nivel de competencia, pero mantienen diferencias sobre la iniciativa francesa de poner en marcha una forma de preferencia europea.

El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire (C), al término de una reunión en París con sus homólogos responsables de la cartera de Industria de Alemania, Robert Habeck (IZQ), e Italia, Adolfo Urso (DCHA). EFE/EPA/YOAN VALAT

«La preferencia europea es un tema de debate entre nosotros», reconoció este lunes el ministro galo de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, al término de una reunión en París con sus homólogos responsables de la cartera de Industria de Alemania, Robert Habeck, e Italia, Adolfo Urso.

Habeck insistió, al ser preguntado en una comparecencia ante la prensa sobre la idea de Le Maire de reservar en las licitaciones de la UE un 50 % a la producción europea, en que los mercados abiertos constituyen un objetivo que hay que mantener.

El ministro alemán insistió en que las restricciones a la apertura de los mercados «destruyen la libre circulación de mercancías» y tienen efectos contraproducentes.

Pero, al mismo tiempo, reconoció que «tiene que haber unas condiciones que se apliquen a todos», y eso significa que no se pueden aceptar ciertas prácticas para los productos importados, como el trabajo forzado.

Urso, por su parte, señaló estar «en favor de un comercio libre y equitativo», haciendo hincapié en que tienen que cumplirse ambas condiciones, y que eso tiene que tener en cuenta la dimensión social y también la medioambiental.

Para el ministro francés, se trata de buscar una solución que permita una «autonomía estratégica de la UE en sectores fundamentales», algo que podría pasar, por ejemplo, por la fijación de criterios de calidad para los paneles fotovoltaicos, medidas contra el ‘dumping’ social o contra las subvenciones, pero todo dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En su encuentro de París, las tres mayores potencias económicas e industriales de la zona euro hablaron de las perspectivas de desarrollo de tecnologías verdes y digitales en la perspectiva de la llamada «agenda estratégica» de la UE, de cara al próximo mandato de la Comisión Europea 2024-2029 tras los comicios europeos de junio.

En su comunicado conjunto, establecieron tres líneas de acción comunes, la primera con vistas a «eliminar las cargas administrativas inútiles para liberar todo el potencial de las empresas europeas en materia de inversión, de innovación y de crecimiento en Europa».

Francia propone sacar adelante «una directiva ómnibus» que permita eliminar muchas normas inútiles y simplificar otras.

El segundo vector es incrementar las inversiones públicas y privadas para reforzar la innovación, la productividad y la competitividad.

El tercero es «continuar las transiciones verde y digital apoyándose en una base económica sólida y resiliente», lo que pasa por «garantizar una competencia eficaz en el mercado único y abordar los problemas estructurales de competencia en el contexto mundial».

Se trata, sobre todo, de hacer frente al proteccionismo de Estados Unidos, con su plan de subvenciones masivas a la producción local, y a la estrategia china de inundar los mercados con sus productos a muy bajo precio.