Javier Herrero.
Madrid, 13 abr (EFE).- Pletórica, divertida y arropada por una gran orquesta, Isabel Pantoja ha proseguido este sábado en Madrid con su celebración por medio siglo de música «para recordar» por qué, aunque sus actuaciones se hagan de rogar cada vez más, su reinado en la canción española es ya algo ajeno al paso del tiempo.
«Estoy superfeliz y es un honor volver a estar después de 4 años en este Madrid que tanto quiero y tanto me ha dado», ha proclamado ante las casi 13.000 personas que la han aclamado en el Wizink Center, el aforo en principio agotado, aunque con un centenar de butacas en la parte final de la pista desocupadas.
Fue en efecto en 2020 cuando realizó su último concierto en Madrid en este mismo espacio, justo antes del inicio de los confinamientos por la pandemia de covid-19. Solo unos meses más tarde lanzó el que hasta hoy es también su último disco, 'Canciones que me gustan', y ahí puso un largo punto y aparte a su carrera.
Al fin el pasado mes de septiembre volvió en Sevilla a los escenarios con motivo de este 50 aniversario, que además incluirá un nuevo álbum del que esta noche han sonado dos temas, 'Mi amigo' y 'Ay, vida mía', recibidos con grandes aplausos.
Pero como «el que no recuerda, no vive», Pantoja ha confeccionado esta gira sobre todo para repasarse, desde temas tan iniciales como 'Embrujá por tu quere' o 'Fue por tu voz', incluido en su debut del mismo nombre de 1974, hasta algunos de los más recientes, como 'Enamórate', con el que ha cerrado el concierto tras dos horas y media.
Coplas, sevillanas, boleros, canción melódica… Casi medio centenar de cortes han cabido en ese tiempo, muchos en realidad como meras «pinceladas», otros arreglados de forma exuberante para la orquesta, como 'Quiero pecar contigo' o 'Aquella Carmen', desplegado con esa fórmula infalible suya de voz, carisma y drama, todo en mayúsculas.
Naiara, invitada a cantar.
Parecía que el repertorio iba a seguir un patrón cronológico, pero este pronto ha saltado por los aires en un espectáculo en el que la artista se ha mostrado muy espontánea, rápida para asumir «las cosas del directo» (como un problema con una guitarra que no se oía) y libre para virar a su antojo el tempo o las hechuras de las canciones a mitad de su metraje.
Que ella era la primera que estaba disfrutando se ha notado en su cara y en sus bromas constantes, como cuando ha jugado a mostrar una vena «swing» o ha subido a su sobrina «influencer» Anabel Pantoja para reproducir la coreografía que esta le había enseñado «para un vídeo de esos de TikTok».
No ha sido su único guiño a la generación Z. «Tengo el honor de que hoy alguien comparta conmigo el escenario. Me causó mucha impresión escucharla cantar y, aparte, es precioso lo que oí hacia mi persona de una gran artista que dijo que sería un sueño cantar con Isabel Pantoja. Vamos a hacer realidad ese sueño», ha dicho antes de invitar al escenario a Naiara.
Juntas han cantado 'Garlochí', demostrando que el ascendente de la tonadillera aún se prolonga sobre figuras jóvenes de la música como la ganadora de la última edición de 'Operación Triunfo', que le ha devuelto el regalo proclamándola «la más reina de todas».
Si a lo largo de la noche ya habían sonado 'Veneno' o 'Donde el corazón me lleve', para el tramo final ha dejado el resto del relato inapelable de cualquier concierto de Isabel Pantoja, de 'Marinero de luces' a 'Era mi vida él', 'Hoy quiero confesar', 'Qué voy a hacer contigo', 'El moreno', 'Se me enamora el alma' o el gran colofón con 'Así fue', de su siempre recordado Juan Gabriel.
«¡Ha sido una noche magnífica!», ha exclamado exultante, lista para poner rumbo ahora hacia Tenerife, donde actuará el 30 de abril. Después pasará por el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza el 25 de mayo, el Teatro Romano de Mérida el 1 de junio y, tras otras siete plazas nacionales a lo largo del verano, pondrá el broche en la plaza de toros de Valencia el 7 de septiembre. EFE