El pasado domingo, 28 de marzo, se celebraba el Domingo de Ramos. Un evento que este año ha tenido que adaptarse a las medidas sanitarias para evitar contagios del covid-19. Sin embargo, pese a que la celebración es diferente su significado no ha cambiado.
Todos los años, en Semana Santa, este Domingo de Ramos se celebra en conmemoración por la entrada de Jesucristo en la ciudad de Jerusalén. Aunque, este día es más conocido por ser una celebración religiosa que da comienzo a la Semana Santa.
Además, no es solo una fiesta religiosa limitada a la confesión cristiana. Así, es un día celebrado en las confesiones protestantes y en la Iglesia Ortodoxa. Siendo en esta última una de las grandes fiestas de las doce que posee esta rama del catolicismo. En España y, también, en países americanos como Perú es común celebrar la fiesta con procesiones multitudinarias.
La historia
No es nada nuevo que en las procesiones que tenían lugar hace dos años, el monumento principal este construido con una figura de Jesucristo montado en un burro. El origen de esta figura hace alusión a la narración de la entrada de Jesús en Jerusalén.
Tal y como narran los evangelios, Jesús, durante su estancia en Batfagé, espacio religioso de Israel, ordenó a sus discípulos rescatar un burro que había sido atado en una aldea cercana. Estos discípulos así lo hicieron y, Jesús accedió a Jerusalén montado en burro. Así, finalmente, la deidad accedió a la ciudad por la conocida como Puerta Dorada siendo aclamada por la multitud que allí lo esperaba.
