Raquel Gutiérrez
Sevilla, 18 jul (EFE).- La batuta es una extensión del cuerpo de Lucía Marín, directora de orquesta natural de Linares (Jaén) que será la primera española en debutar como directora en Australia tras trabajar con la Orquesta Nacional de España, la Orquesta Sinfónica de Radio televisión Española o la Orquesta Joven de Andalucía.
Al frente de la Adelaide Symphony Orchestra y el State Opera Chorus, dirigirá ‘Lucia de Lammermoor’ en la temporada de ópera de la State Opera South Australia de Adelaida. “Es una oportunidad absolutamente maravillosa, cuando me lo confirmaron fue una emoción enorme y sobre todo un reconocimiento personal por la cantidad de horas de trabajo y estudio que tiene detrás”, ha dicho en una entrevista con EFE.
Como directora andaluza, Marín lleva a su tierra por bandera, “para mí es un orgullo enorme llevar a Australia una bandera de Andalucía, porque yo soy fruto del mar de olivos en el que nací y cuanto más lejos me voy más de mi tierra me siento” .
En Australia se enfrentará a un reto. La ópera ‘Lucía de Lammermoor’ lleva sin programarse en ese país 30 años, algo muy significativo ya que para ellos «la ópera, Joan Sutherland y Lucía es mítico porque les hace sentir cercano a la cultura occidental, programarla es hacerse un autohomenaje de lo que significa Lucía”, ha destacado la directora.
Una responsabilidad que recae en este caso en “una directora española emergente”, pero Marín sabe que los australianos sienten la ópera “como los españoles sienten la Zarzuela”.
Lucía Marín cree en la música “como motor transformador del mundo”, una oportunidad de hacer más felices y más plenos a los demás. Con esta premisa se plantea hacer que los australianos se sienten en su butaca en noviembre para disfrutar de ‘Lammermoor’; “lo que hay que hacer es ayudarles a viajar a un mundo de emociones que le hace sentirse vivos” a través de toda la “belleza” que atesora esta ópera.
Esa idea de la música como motor transformador del mundo ha calado en Lucía. «Crees en la locura de que puedes cambiar el mundo porque estás ofertando experiencias vitales únicas que nos hacen mucho más humano y nos une”.
Para Lucía Marín es “celebrar la vida a través de la música, creando una escultura sonara que transmite el alma de la partitura, la emoción intangible que sustenta la obra en un espacio y un tiempo irrepetibles”, algo que “hace y une a los seres humanos”, ha explicado.
Su forma de ver y vivir la dirección de orquesta se ha construido con el tiempo y el trabajo, pero sobre todo al crecer sin referentes femeninos en la dirección de orquesta. “Crecí sin límites, sin que nadie me dijera que no podía, sin ese techo de cristal. Pero los techos de cristal existen no solo en la música, sino en la sociedad en general”.
Este viaje que inició en Andalucía con las manos sobre un piano, le ha llevado a ser una de las directoras de orquesta emergentes más importante de España. En el futuro próximo su agenda luce destinos como Zamora, Madrid o el Teatro de la Maestranza de Sevilla, pero aún le quedan retos profesionales.
Actualmente, en España solo una de las orquestas profesionales está dirigida por una mujer, para Lucía el cambio está por venir, “creo que las directoras de orquesta en España tenemos que llegar a puestos de directores titulares”.
Trabaja pensando en que la oportunidad de ser directora titular llegará y que estará preparada, pero sin que sea “dada o regalada”, sino con un trabajo apasionado y firme detrás que la acredite para alcanzar “un puesto de enorme responsabilidad”, un puesto que para aquellos que se dedican al arte es algo “supremo, porque hacer música lo es”.
De momento, lanza un mensaje para que todos se animen a acercarse a la ópera, “especialmente en vivo, porque es un reflejo del alma humana». EFE
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