Palma, 27 sep (EFE).- El presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne (Vox), está citado a declarar este viernes como investigado ante un juez de Palma por delito de odio por romper una foto de republicanas asesinadas en la Guerra Civil.
El pasado 18 de junio, cuando el Parlament debatía si iniciaba el proceso para derogar la Ley de Memoria Democrática, una propuesta de su partido, Le Senne arrancó del ordenador portátil de la vicepresidenta segunda de la institución, la socialista Mercedes Garrido, una fotografía de Aurora Picornell y las hermanas Antònia y Maria Pascual, fusiladas en la noche de Reyes de 1937.
La asociación Memòria de Mallorca y los descendientes de estas tres activistas republicanas, conocidas como ‘Las rojas del Molinar’ junto con las también asesinadas Catalina Flaquer (madre de las hermanas Pascual) y Belarmina González, denunciaron al presidente del Parlament por entender que al romper y arrojar al suelo los retratos de las víctimas del franquismo cometió un delito de odio.
A esta denuncia, tramitada por el juzgado de instrucción 1 de Palma, se sumaron otras de organizaciones civiles y políticas como el Partido Comunista, del que fue una destacada militante Aurora Picornell, convertida en símbolo de la represión falangista en Mallorca y de la restauración de la memoria democrática después de que sus restos fueron encontrados en 2021 en una campaña de exhumaciones en el cementerio de Son Coletes de Manacor.
Tras el incidente en el pleno del Parlament, Le Senne ha reiterado que rompió la imagen por accidente cuando trataba de hacer cumplir su orden de que se retirara la fotografía del estrado donde se ubican los miembros de la Mesa de la cámara, un órgano cuyo deber de imparcialidad estaba siendo vulnerado por la exhibición de esa imagen, ha defendido.
«Yo no odio a nadie», ha remarcado el diputado de Vox, cuya destitución promovieron los partidos de izquierda en un pleno extraordinario que se celebró el 3 de septiembre.
En esa sesión, los votos a favor de su remoción no sumaron los tres quintos necesarios y el presidente fue ‘salvado’ por la abstención del PP, que inicialmente le reprochó su actuación y consideró que debía renunciar al cargo, pero finalmente evitó echarle y abogó por rebajar la tensión en el Parlament.
Cuando se produjo el incidente de la rotura de la foto, PP y Vox mantenían un pacto de gobernabilidad que la dirección del partido de extrema derecha rompió después, lo que ha dejado al Govern de la popular Marga Prohens en minoría parlamentaria y ha acentuado las desavenencias internas del grupo de Vox en la cámara.
En este contexto, tras rechazar sus recursos para evitar su imputación, el juez del caso, Juan Manuel Sobrino, tomará declaración a Le Senne este viernes, cuando también está citada a exponer su relato de los hechos la diputada socialista Mercedes Garrido, ‘víctima’ directa del arranque de ira del presidente.
«Tuve un momento en que me enfadé e hice algo que no debía hacer, pero ya está, no hay que sacar las cosas de quicio», admitió en su momento el investigado.