Málaga, 7 nov (EFE).- Desde la partida bautismal de Pablo Ruiz Picasso hasta documentos firmados por los Reyes Católicos, joyas que atesora el Archivo Histórico Diocesano de Málaga, que reúne libros de bautismo, matrimonio y defunción de Málaga desde principios del siglo XVI.
Los muros del Palacio Episcopal de Málaga, en pleno centro histórico de la ciudad, acogen el Archivo Histórico Diocesano, un tesoro escondido en una sala de más de 100 metros cuadrados y dotada de un moderno armario contenedor móvil donde se guardan entre otros documentos las partidas de bautismo de los más reconocidos artistas e intelectuales de la provincia.
Algunas de las partidas bautismales que se conservan pertenecen a personajes malagueños conocidos a nivel internacional, como la de Pablo Ruiz Picasso, Fernando Ortiz, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Narciso Díaz de Escovar, José Gálvez Ginachero o el II Marqués de Larios, Manuel Domingo Larios, al que se debe el nombre de la vía más famosa de la ciudad.
Reconstruir la historia
El director del Archivo Histórico Diocesano, Miguel Ángel Gamero, ha explicado a EFE que estos registros son fundamentales teniendo en cuenta que el Registro Civil no se creó hasta 1870, por lo que para reconstruir la historia de Málaga hasta esa fecha sólo existen registros eclesiásticos. «Esto nos da una idea del valor que tienen los libros sacramentales», ha precisado.
Cuando una persona se adentra entre los pasillos del inmueble le puede sorprender que haya estanterías vacías, pero es debido a que los archiveros lo tienen todo preparado para recibir la nueva documentación que vaya llegando y siempre con un especial cuidado para que se conserve en el mejor estado.
El armario contenedor está preparado para resguardar todos los legajos del polvo, de la luz y de un posible incendio, que en cuestión de segundos sería extinguido, gracias al sistema de prevención de extinción automática.
Adentrarse en sus libros o documentos es viajar en el tiempo, una travesía de seis siglos por un mar de legajos que permiten reconstruir la vida cotidiana en distintas épocas, «un tesoro escondido que hay que descubrir para entender mejor cada época», ha precisado Gamero.
La evolución de la caligrafía
El paso del tiempo queda plasmado a través la caligrafía, cada trazo y cada estilo cuenta cómo ha evolucionado la historia y sus diversas formas artísticas así como su impacto a través del tiempo, también es llamativo como aprovechaban el papel para evitar malgastarlo ya que no siempre era fácil conseguirlo.
La estética de la escritura se convirtió en un medio para presentar la grandeza de ciertos documentos y libros que con los años se ha ido transformando, lamenta Gamero, que reconoce que «todos escribimos peor». La belleza y la estética de las letras y las palabras escritas a mano ha cambiado mucho sobre todo debido a los avances tecnológicos.
Otras obras de arte: sellos y planos
Pero no solo la escritura ha cambiado, también es llamativo cómo han evolucionado los sellos parroquiales. El archivo cuenta con más de 300 sellos antiguos procedentes de parroquias y de la administración diocesana y desde el más antiguo al más moderno se comprueba que los primeros eran como pequeñas plantillas y luego se intentó que fueran más ergonómicos y con empuñadura.
El paso de los años también les ha hecho cambiar el material, actualmente se fabrican en materiales poco resistentes: goma o plástico, que han sustituido a las antiguas matrices, realizadas en metal y que todavía funcionan perfectamente, al contrario de las más modernas.
Entre sus joyas, el archivo cuenta además con cerca de 3.000 planos y proyectos gracias a los cuales es posible conocer la historia constructiva de los templos y centros parroquiales de la provincia en el siglo XX.
Como explica el también director de Patrimonio de la Iglesia de Málaga, el sacerdote Miguel Ángel Gamero, «se trata de documentos fundamentales para conocer la historia de la construcción y restauración de los templos y otras dependencias de la diócesis. Además, algunos de ellos también llevan incorporados estudios sociales de la población, por lo que también nos dan información sobre la situación socioeconómica de los núcleos urbanos».
Planimetría hecha a mano «por lo que son verdaderas obras de arte, elaboradas sobre todo en papel vegetal por algunos de los arquitectos más conocidos de Málaga, como Enrique Atencia o la familia Guerrero-Strachan en sus diferentes generaciones».
Otro de sus tesosos son los fondos del Hospital de Santo Tomás compuestos por más de 3.000 documentos generados a lo largo de más de seis siglos. El más antiguo data del año 1403, ha precisado Miguel Ángel Gamero, que reconoce que una de sus líneas de trabajo es ir digitalizar todo el material, «es fundamental para poder conservarlo».
El origen de este hospital se remonta a la toma de Málaga por los Reyes Católicos el 19 de agosto de 1487, ya que el 2 de octubre de ese mismo año cedieron a su fundador, Diego García de Hinestrosa (Belmonte, en Cuenca) una casa situada en la calle Santa María de la capital, que será el germen del Hospital de Santo Tomás.