«Allende es el dirigente extranjero que más admiro», dice López Obrador desde Chile

El presidente de Chile, Gabriel Boric (d), realiza hoy una declaración conjunta junto a su homólogo de México, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio de La Moneda, en Santiago (Chile). EFE/ Elvis González

Santiago de Chile, 10 sep (EFE).- El presidente de Chile, Gabriel Boric, reconoció este domingo la solidaridad de México al dar asilo a cerca de 3.000 chilenos tras el golpe de 1973, incluida la familia del propio Salvador Allende, y dio las gracias a su homólogo mexicano, Andrés Manuel López, por participar en la conmemoración del 50 aniversario del quiebre democrático.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, participa hoy en una declaración conjunta en el Palacio de La Moneda, en Santiago (Chile). EFE/ Elvis González

«El presidente Andrés Manuel López Obrador no acostumbra a hacer estos viajes y por eso me honra profundamente que haya decidido acompañarnos en esta fecha tan simbólica para nosotros», dijo Boric tras recibir al líder mexicano en el palacio presidencial de La Moneda.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, participa hoy en una declaración conjunta en el Palacio de La Moneda, en Santiago (Chile). EFE/ Elvis González

López Obrador, que aterrizó la noche del sábado procedente de Colombia, ha sido el primero de los jefes de Estado y de Gobierno en llegar a Chile para asistir el lunes al gran acto que se celebrará en una plaza aledaña a La Moneda.

En las próximas horas se espera la llegada de los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Bolivia, Luis Arce; y Uruguay, Luis Lacalle Pou, así como la del primer ministro de Portugal, António Costa.

Estaba previsto también que asistiera el presidente de Argentina, Alberto Fernández, pero la Cancillería chilena informó este domingo que canceló su participación a última hora debido a que «se atrasó su agenda en la reunión del G20», que se está celebrando en India.

Es la primera vez que López Obrador visita Suramérica como mandatario, pues desde su llegada al poder en 2018 solo ha tenido cinco viajes al extranjero: cuatro a Estados Unidos y una gira breve para visitar de manera oficial Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y Cuba.

«El presidente chileno Salvador Allende, que todavía gobierna con su ejemplo, es el dirigente extranjero que más admiro, que más sentimientos me genera. Fue un humanista, un hombre bueno, víctima de canallas», indicó el mandatario mexicano.

«Allende se volvió universal»

Ambos líderes, que ya se habían reunido en México en noviembre del año pasado, recordaron el «importante» papel que jugó el México tras el golpe de Estado al dar asilo a cerca de 3.000 chilenos, entre ellos la viuda de Allende, Hortensia Bussi, y sus hijas, quienes se refugiaron en la Embajada mexicana en Santiago antes de partir al exilio.

«El Gobierno de México, con una solidaridad que lo ha caracterizado a lo largo de la historia, recogió, le dio asilo y cariño en el dolor a cientos, miles de chilenos y chilenas», subrayó Boric, quien añadió que «el sacrificio de Allende trascendió» Chile y «se volvió universal».

«La traición de Pinochet fue abominable, una mancha que no se borra ni con toda el agua de los océanos», dijo por su parte López Obrador, que recordó que Allende fue un «pacifista» y rechazó la revolución armada.

A finales de agosto pasado, cuando anunció su viaje a Chile, López Obrador causó polémica al contradecir la versión oficial del suicidio y asegurar que Allende fue «asesinado» por los golpistas el 11 de septiembre de 1973.

En La Moneda, el gobernante mexicano evitó referirse directamente al asunto y se limitó a decir que la muerte de Allende «fue un crimen horrendo».

Pese a la sentencia de la Corte Suprema chilena de 2014, que ratificó que Allende se suicidó pegándose un tiro en la cabeza y cerró la investigación sobre su muerte, algunos sectores de la izquierda latinoamericana siguen sosteniendo que fue asesinado por militares.

La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado está generando gran polarización y crispación en Chile y tanto la derecha tradicional como la ultraderecha declinaron participar en los actos conmemorativos y firmar una declaración promovida por Boric a favor de la democracia.

El golpe dio inicio a una cruel dictadura de 17 años que dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellas al menos 3.200 opositores asesinados.