Madrid, 3 mar (EFE).- Bisnieta del célebre inventor Leonardo Torres Quevedo, el ingeniero que diseñó el dirigible y el histórico transbordador Spanish aerocar, aún operativo en las cataratas del Niágara. Ana jugaba al hockey sobre hierba. Ahora es la segunda mujer española en debutar en un Mundial de skeleton. Top 10 en la Copa Intercontinental 2022/23. Ana Torres-Quevedo estudia para ser controladora aérea.
Fue seleccionada por su mentor, Ander Mirambell, representó a España y sueña con estar en los JJOO de Milán en 2026. Pilota un trineo Bromley, que cuesta 8.000 euros, fabricado en el Reino Unido.
En una entrevista con EFE Ana Torres-Quevedo, profesional del skeleton y única representante de España en esta disciplina actualmente, conversa sobre su carrera profesional, sus desafíos y traza su hoja de ruta que debe confluir en los Juegos Olímpicos de invierno.
Ana practicaba hockey hierba, hasta que su madre, esquiadora acrobática, le animó a probar con el skeleton. “La idea principal fue de ella, nos planteó ir a probar el deporte a Austria a mis hermanos y a mí, después de ver en las noticias que intentaban darlo a conocer en España. Vimos que convocaban cuatro días de prueba en Austria y fui con mi hermano mayor a probarlo, pero nunca pensé que fuese a ir a algo más”, indica Ana Torres-Quevedo.
El mes pasado debutó en el Campeonato del Mundo Mixto formando pareja con Adrián Rodríguez. «Aunque no obtuvimos los mejores resultados la experiencia fue única”, relata Ana. «El hecho de hacerlo en equipo lo veo más divertido, más dinámico y además siempre tienes el apoyo del compañero», confiesa. «El skeleton es un deporte individual, pero tiene por detrás una faceta de equipo muy grande, que es algo que me encanta porque vengo de un deporte como el hockey donde siempre me ha gustado sentirme apoyada”
Además de ser deportista de élite, la madrileña compagina la competición con una formación en Gestión Aeronáutica. «Siempre me han gustado los aviones, me gustaría ser controladora aérea», asegura. «Me queda el último año de carrera y lo he podido compaginar bien. Este año, aunque he desaparecido todo el cuatrimestre, me han puesto facilidades en la universidad».
ANDER MIRAMBELL, SU TUTOR
Ander Mirambell vio algo en ella diferente y la seleccionó para representar a España en skeleton. «Me quedé muy sorprendida al ser seleccionada. Fui a hacer las pruebas a finales de 2020 y no fue hasta finales de 2021 cuando me llamó para ser parte del equipo nacional”, añade. Ana explica lo que supuso para ella: “Para mí fue una sorpresa muy grande, yo me esperaba solo ir a probar. Fue un orgullo saber que quería contar conmigo».
Mirambel, el primer olímpico español en este deporte y uno de los entrenadores de Ana , está tratando de llevar al skeleton español un paso más allá. “El año pasado éramos solo tres en el equipo, y este año ya somos nueve. Ver el crecimiento del grupo en esta temporada es muy positivo. Es importante que en España se hable del skeleton».
EL TRINEO: SU HERRAMIENTA FUNDAMENTAL
El trineo que utiliza se lo facilita la Federación, y está producido por el fabricante británico Richard Bromley, hermano de Kristan Bromley, medalla de oro en el Campeonato Mundial de skeleton de 2008. “Hemos tenido la oportunidad de viajar con él esta temporada y nos ha ayudado mucho con el tema de trineo, cuchillas, herramientas y todo lo necesario”.
El peso del trineo junto con el del deportista influye en el recorrido y tienen que adaptarse a las limitaciones. El peso total no puede superar los 102 kg. “Tienes que jugar con lo que pesa tu cuerpo y lo que puede llegar a pesar el trineo. Mi trineo ahora pesa bastante y tengo que tener muy controlado mi peso” indica Ana.
Actualmente no existen instalaciones en España que permitan practicar el skeleton. “Nos solemos ir una semana antes de la competición para entrenar. Si es un circuito nuevo, o tenemos tiempo y presupuesto tratamos de ir con algo más de tiempo para prepararnos mejor“.
El Consejo Superior de Deportes (CSD) inaugurará una pista de empuje para practicar la salida sobre el tartán de atletismo. “Para practicar en hielo tendremos que seguir viajando fuera de España” apunta.
“La salida es mi punto débil y trato de trabajar la fuerza y la técnica de carrera para conseguir la potencia necesaria”, señala. “En el Centro de Alto Rendimiento (CAR) tenemos un preparador físico. Suelo ir 2 o 3 veces por semana para preparar la técnica de carrera, las salidas y el empuje, pero lo demás está todo enfocado en el gimnasio”.
RUMBO A MILÁN 2026
Los JJOO de Milán de 2026 están en la mente de la deportista: “Es el sueño de todo deportista para mí sería lo máximo”. Con el horizonte de esos Juegos Olímpicos Ana tiene tres temporadas aún por delante. “Lo más importante es la consistencia, seguir entrenando y compitiendo a buen nivel y mantenerme en el ranking para poder clasificarme”, explica.
“Me gustaría seguir los pasos de Ander Mirambell de cara a los JJOO”, asegura. “Pero también hay gente muy buena en la competición, como Kimberley Bos del equipo de Países Bajos. Me gusta un montón, como entrena y compite.”
EL RIESGO DEL SKELETON
En un deporte de riesgo, en el que se alcanzan velocidades cerca de los 130 kilómetros por hora suelen suceder percances: “Solo me ha pasado una vez, en Suiza me di un golpe después de una bajada en un entrenamiento. Me llevaron al hospital para revisarme la rodilla y poder competir al día siguiente. Todo fue bien, al final los golpes psicológicamente acaban afectando. A nadie le gusta recibir un golpe a esa velocidad y es evidente que puede afectarte mucho”.
A pesar de ser un deporte arriesgado asegura que “la sensación en el trineo es pura adrenalina». «Ir pegada al hielo a 130km/h es algo único” eso sumado a “la presión de sentir que cualquier fallo puede tener repercusión negativa en la bajada, y que todo depende de ti.”
Bisnieta del ingeniero inventor Leonardo Torres Quevedo. En su casa, su familia habla del dirigible como su principal aportación a la sociedad. «Pero también del transbordador de las cataratas del Niágara. En el año 2016 se celebró el Centenario del acontecimiento y viajamos toda la familia», apostilla Ana.
Lucía González