Bilbao, 27 ago (EFE).- Bilbao despide este domingo la Aste Nagusia «más participativa y multitudinaria» de las celebradas hasta la fecha, ya que más de 1,8 millones de personas han disfrutado de nueve días de fiesta en los que la «diversión» y el «respeto» han sido los «verdaderos protagonistas».
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha hecho hoy una primera valoración de la 43 edición de la Aste Nagusia que apura sus últimas horas antes de que la quema de Marijaia, símbolo de la Semana Grande de la capital vizcaína, arda esta noche en la ría.
Aburto ha mostrado su satisfacción por unas fiestas que, ha dicho, han sido «otra vez de récord» en participación y que han estado marcadas por «la alegría, la diversión, la convivencia y el respeto».
«Hemos cumplido nuestro objetivo principal, aquello que decíamos que queríamos que fuera la Aste Nagusia al inicio de las fiestas: hemos tenido una Aste Nagusia abierta, gratuita, inclusiva, participativa y respetuosa», ha resumido el alcalde.
En cuanto a la seguridad, ha indicado que la mayor presencia policial estos días en las calles de Bilbao y la eficacia en sus actuaciones ha permitido la detención de 209 personas, la mayoría acusadas de la comisión de robos y hurtos.
Ha añadido que ha habido un 17 % menos de delitos que en la pasada edición de la Semana Grande pero un 29 % más de detenidos que en 2022.
«Mi valoración es positiva y satisfactoria y doblemente satisfactoria por una razón clara: no hemos tenido que lamentar ningún suceso grave de agresión sexual, ni por delito de odio o LGTBfobia», ha subrayado Aburto.
El alcalde ha tenido palabras de agradecimiento para todas personas, entidades y servicios que han hecho posible estas fiestas, con especial mención a los servicios de limpieza y seguridad que han permitido «un año más» que la Aste Nagusia de Bilbao sea «la mejor y más limpia fiesta popular y participativa del mundo».
Han sido nueve días de fiesta con más de un millar de actos programados para todos los públicos en los que ha habido también tiempo para recordar las inundaciones que hace 40 años interrumpieron de forma trágica la Semana Grande de 1983.
Tanto el consistorio como las comparsas de Bilbao han querido destacar la ola de colaboración y solidaridad que se generó entre las miles de personas que ayudaron a limpiar la ciudad tras aquella riada.
