Madrid, 29 sep (EFE).- Puede que para los más jóvenes Tesla sea una marca de coches, pero la empresa de Elon Musk debe su nombre a uno de los mayores inventores de la historia, Nikola Tesla, un visionario adelantado a su tiempo que durante décadas fue ignorado por las páginas de la historia.
El propio Tesla dijo: «El futuro mostrará los resultados y juzgará a cada uno de acuerdo con sus logros», y así ha sido. Con el tiempo, la figura de este gran científico ha sido reivindicada y hoy es todo un icono que ha inspirado varias películas y no pocos capítulos de la serie «The Big Bang Theory».
Para rendir homenaje a este genio, CaixaForum de Madrid acoge desde hoy la exposición «Nikola Tesla. El genio de la electricidad moderna», una muestra que se ha hecho en colaboración con el Museo Nikola Tesla de Belgrado, donde se conserva el legado científico y personal del genial inventor.
La exposición recorre la vida, los éxitos y las polémicas que persiguieron al científico, desde su nacimiento en Smiljan, una pequeña ciudad del imperio austrohungaro (actual Croacia), en medio de una tormenta eléctrica en una noche de verano de 1856, hasta su muerte, solo y endeudado en la habitación de un hotel en Nueva York, en 1943.
Y es que en sus casi 87 años de vida, Tesla registró más de 300 patentes pero, más allá de eso -algunos le atribuyen hasta 700 patentes-, suyos son algunos de los inventos más importantes de la vida moderna, como el motor de inducción, el desarrollo de la corriente alterna como fuente de energía o la transmisión inalámbrica de energía e información.
Uno de sus primeros inventos fue el motor de inducción magnética, ideado al inicio de su carrera, en 1883, cuando trabajaba en una de las filiales de Edison en Europa, pero al no conseguir financiación para fabricarlo, puso rumbo a Estados Unidos y se trasladó a Nueva York, donde empezó a trabajar para el propio Edison, con quien mantuvo una gran rivalidad científica y económica.
Sonada fue la «guerra de las corrientes» en la que Tesla intentó demostrar las bondades de la corriente alterna y Edison se aferraba a la continua, que hasta entonces había sido una lucrativa manera de iluminar las ciudades.
Con el apoyo financiero del magnate George Westinghouse, Tesla logró grandes éxitos como la Exposición Universal Colombina de Chicago, con la que el inventor logró generar tres veces más energía que la que consumía toda la ciudad de Chicago o mostrar las lámparas fosforescentes (precursoras de las actuales luces fluorescentes).
Esa misma época dorada, y con la financiación de Westinghouse, Tesla construyó un sistema de generación de corriente alterna de dos fases en las cataratas del Niágara que suministró electricidad a la ciudad de Búfalo, unos éxitos rotundos que pusieron fin a la guerra con Edison y que dieron rienda suelta a su imaginación y a sus futuros inventos.
Los experimentos con corriente alterna que llevó a cabo en aquella época, permitieron a Tesla realizar en 1892 las primeras radiografías de la historia, o sombragrafías como él las denominó, aunque un incendio en su laboratorio eliminó todas las pruebas. Poco después, Wilhelm Röntgen anunciaba el descubrimiento que le valdría el Premio Nobel de Física en 1901.
Con Marconi y la radio pasó otro tanto de lo mismo. Aunque el inventor italiano presentó la patente en 1904, lo cierto es que utilizó hasta siete patentes del genio croata que, una vez más, perdió el premio Nobel que obtendría Marconi por su contribución a la telegrafía sin hilos.
En los últimos años, Tesla estudió los fenómenos electromagnéticos de la atmósfera y trabajó para desarrollar un sistema de energía gratuita global, que llamó «Sistema Mundial de Transmisión», en realidad una protointernet.
Con el tiempo, sus inventos eran menos inmediatos y los inversores dejaron de apoyarle. Su último gran proyecto fue la Torre Wardenclyffe, un transmisor de proporciones gigantescas financiado por el banquero John P. Morgan que nunca dio los resultados esperados.
Tesla murió solo en la habitación de un hotel en 1943 pero su vida y su obra fueron tan apasionantes como su legado.