La Comunidad de Madrid estrena su primera instalación fotovoltaica flotante

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La instalación producirá energía limpia y renovable. Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, ha visitado la infraestructura pionera del Canal de Isabel II

La Comunidad de Madrid ha estrenado la primera instalación fotovoltaica flotante para la producción de energía limpia y renovable. Este nuevo equipamiento público se encuentra ubicado en el depósito inferior de la minicentral hidroeléctrica de Canal de Isabel II en el municipio de Torrelaguna. Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, ha visitado la infraestructura para supervisar su funcionamiento una vez finalizada su construcción, antes de su entrada en funcionamiento para finales de este año.

Se han habilitado un total de 3.770 módulos fotovoltaicos en una superficie de 11.680 metros cuadrados con una inversión de 2,1 millones de euros. Esta estructura flotante permitirá comprobar las condiciones de mantenimiento, anclajes, resistencia y afección al medio acuático. También se determinarán los criterios para el diseño y la posible ejecución de instalaciones similares en la superficie de embalses.

La planta, ya terminada, tiene una potencia pico de 1.696 kilowatios. Anualmente, podrá producir el equivalente al consumo de 1.300 hogares. Desde hace más de un siglo, se crea en Torrelaguna energía hidroeléctrica debido a los 150 metros de desnivel del canal transversal. Ahora, con la maquinaria renovada, se seguirá produciendo esta fuente limpia a la que ahora se suma la aportación de los paneles solares.

Esta forma parte del Plan Solar de Canal de Isabel II para la puesta en marcha de 34 nuevas plantas solares fotovoltaicas en infraestructuras de la compañía pública con financiación de fondos europeos. De ellas, 26 ya están en ejecución para impulsar la generación y el autoconsumo de energías limpias.

La inversión total de este programa, según comunica la Comunidad de Madrid, asciende a 55 millones de euros para una producción que, en su mayor parte, se usará in situ y cuyos excedentes puntuales se podrán vertir a la red eléctrica, aumentando, de esta forma, su aportación en el mix energético.