Carlos III se despide de Francia con un nuevo gesto en favor del medio ambiente

El rey Carlos III de Inglaterra (2i) y su esposa Camila (d) se despidieron este viernes de Francia con una visita a unas bodegas biológicas en Burdeos (suroeste) en un nuevo gesto de ambos en favor del medio ambiente y la biodiversidad. EFE/EPA/Christophe Archambault / POOL

París, 22 sep (EFE).- El rey Carlos III de Inglaterra y su esposa Camila se despidieron este viernes de Francia con una visita a unas bodegas biológicas en Burdeos (suroeste) en un nuevo gesto de ambos en favor del medio ambiente y la biodiversidad.

En la tercera y última jornada de su visita de Estado, los monarcas acudieron a la bodega Smith Haut Lafitte, situada en Martillac -a unos 20 kilómetros de Burdeos-.

Allí se producen vinos tintos y blancos con denominación de origen en una viña de 87 hectáreas sin pesticidas y respetuosa con el medio ambiente, ya que protege a los bosques vecinos, formados por especies originales de la zona.

Amante del vino y de la cultura francesa, Carlos III escogió estos viñedos y Burdeos, donde hay una gran comunidad británica, para mostrar que hay ejemplos a seguir en la lucha contra el cambio climático.

En ese sentido, el monarca británico se desplazó antes al bosque experimental de Floirac (afueras de Burdeos), un parque que dispone de dispositivos de medición para saber cómo evolucionan especies como fresnos o castaños -importantes para la captación de carbono- dentro de un contexto urbano.

En la ciudad de Burdeos, Carlos III y Camila fueron recibidos a primera hora de la tarde en el Ayuntamiento por el alcalde, el ecologista Pierre Hurmic, y después visitaron la fragata HMS Iron Duke, de la Marina británica, que estaba atracada en el río Garona.

También estuvieron en emblemática plaza de la Bolsa; y tuvieron tiempo incluso de tomar el tranvía, como hacen cada día miles de vecinos de Burdeos.

Durante sus dos primeros días de visita a Francia -la primera que hace como rey desde que fue proclamado entronizado hace un año tras la muerte desu madre, la reina Isabel II-, Carlos III y su esposa habían sido recibidos en París con todos los honores por el presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera dama, Brigitte.

Una visita a Notre Dame, cuya restauración por el incendio de 2019 está ya muy avanzada, a un taller de costura en la ciudad de Saint-Denis -donde el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, ofreció a Carlos III una camiseta del club- y una intervención en el Senado francés conformaron parte del programa del jueves.

Precisamente en la Cámara Alta, el soberano propuso a Francia una nueva «entente cordiale» (el nombre de la alianza francobritánica de 1904) entre ambos países para luchar contra el cambio climático, «esa amenaza que está destruyendo el planeta».

«Renovémosla para las generaciones futuras, para que se convierta en una 'entente' por la sostenibilidad, para responder de forma eficaz a la urgencia mundial en materia de clima y biodiversidad», urgió el monarca.

Cena de gala en Versalles para superar el Brexit

El rey Carlos III de Inglaterra (d) y su esposa Camila se despidieron este viernes de Francia con una visita a unas bodegas biológicas en Burdeos (suroeste) en un nuevo gesto de ambos en favor del medio ambiente y la biodiversidad. EFE/EPA/Ugo Amez / POOL

El momento culminante de la visita de Carlos III, que iba a ser su primera al extranjero, pero que tuvo que ser aplazada en marzo por los disturbios en Francia contra la reforma de las pensiones, fue la cena de gala en el palacio de Versalles del miércoles.

Macron homenajeó a los monarcas con un ágape en la famosa Galería de los espejos, que pretendía simbolizar la nueva relación entre los dos países, degradada por el brexit y los choques sobre inmigración.

En su discurso, el presidente francés reconoció que las relaciones entre los dos países «no han sido siempre pacíficas», aunque aseguró que pesa «la fascinación» mutua de las dos naciones, «a pesar del Brexit».

Para Macron, Carlos III simboliza «lo mejor» del Reino Unido, condensado, recordó, en escritores seculares como William Shakespeare pasando por la cultura popular de los Beatles y los Rolling Stones.

El presidente francés recordó los combates conjuntos que tienen por delante París y Londres, como el apoyo a Ucrania ante la invasión rusa y la lucha contra el cambio climático.

El monarca británico, por su parte, coincidió con Macron en esos dos puntos y tildó de «azote» el cambio climático.

En un discurso de cariz político pronunciado esencialmente en francés, mostró su «gratitud y emoción» por la «calurosa acogida» a él y su esposa y agradeció la evocación de Macron a su madre, Isabel II.

El rey también dio una nota distendida a la velada: «Los franceses son los mejores con el vino, los ingleses en el humor».