Copenhague, 15 sep (EFE).- Suecia inicia este viernes las celebraciones de los cincuenta años de reinado de Carlos XVI Gustavo, un monarca que ha superado adversidades tempranas y controversias para convertirse en el que más tiempo ha permanecido en el trono sueco.
Una misa con Te Deum en la iglesia del Palacio Real de Estocolmo abrió un programa que incluye hoy también una ceremonia abierta al público en el exterior de ese recinto y una cena de gala a la que acudirá la Suecia oficial, representantes de las otras casas reales escandinavas y los jefes de Estado de los países nórdicos.
Un desfile en carroza, acompañado por la reina Silvia, por el centro de la capital y un concierto en el ayuntamiento completarán mañana los actos que, en realidad, comenzaron a principios de año con la presentación de un nuevo retrato del monarca y que continuaron en los meses siguientes con visitas de los reyes a los 21 condados del país.
Carl Gustaf Folke Hubertus nació en 1946, el menor de cinco hermanos y el único varón del entonces príncipe Gustavo Adolfo y la princesa Sibila.
Su vida dio un vuelco a los nueve meses, al fallecer en accidente de avión en Copenhague su padre, lo que sembró incertidumbre sobre el futuro de una institución no tan aceptada en Suecia como en otros países nórdicos, acrecentada con la muerte de su bisabuelo tres años más tarde, lo que lo convirtió en príncipe heredero.
La longevidad de su abuelo Gustavo VI Adolfo, que murió a los 90 años en 1973 cuando el heredero ya tenía 27, disipó parte de las dudas, aunque el denominado Compromiso de Torekov, firmado por las principales fuerzas políticas en 1971, ya había despojado a la monarquía de cualquier poder formal, relegándola a un papel simbólico.
La desconfianza no había desaparecido del todo cuando el 15 de septiembre de 1973 subió al trono un joven que no destacaba por su brillantez intelectual y al que no se le veía cómodo en los actos sociales.
Para entonces ya mantenía un noviazgo con Silvia Sommerlath, una azafata alemana crecida en Brasil que había conocido en los Juegos Olímpicos de Múnich, con quien se casó cuatro años más tarde y con la que ha tenido tres hijos: Victoria, la heredera; Carlos Felipe y Magdalena.
Disléxico como sus dos vástagos mayores, mantiene un fuerte vínculo con el movimiento scout -es presidente honorario de su fundación internacional- y siempre se ha interesado por el medio ambiente y la tecnología, además de los coches, una de sus pasiones.
El reinado de Carlos XVI Gustavo ha incluido varias polémicas por comentarios extemporáneos, sobre todo durante sus viajes al extranjero.
Durante una visita a Nueva Zelanda en 1989 dijo que si la entonces primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland no podía solucionar el problema de la caza de focas, cómo iba a ocuparse de su pueblo.
Años más tarde, cuando visitaba al sultán de Brunei, tildó de aperturista el régimen dictatorial de este país, una afirmación recibida con generalizada sorpresa y malestar.
Y hace unos meses aseguró al canal público SVT que abolir la ley sálica con efecto retroactivo en su país, lo que convirtió a la princesa Victoria en heredera, había sido un «error» y una «injusticia» con su hijo.
«No siempre se me ha dado bien», admitió sobre su habilidad para hablar en público cuando cumplió cuatro décadas en el trono, en el momento más controvertido de su reinado.
La publicación años antes de una biografía reveló sus supuestas salidas nocturnas a clubes y lugares comprometidos, además de infidelidades, corroboradas en la prensa por la popular cantante Camilla Henemark.
La difusión meses más tarde de una grabación en la que un amigo íntimo suyo intentaba negociar con un mafioso la compra de unas supuestas fotos comprometedoras del rey enturbió aún más el asunto.
«He leído algunos titulares que no han sido agradables, he hablado con mi familia. Pasamos página y miramos adelante», fue la sorprendente respuesta del monarca, que no desmintió nada, mientras algunos medios conservadores sugerían incluso que abdicara, posibilidad rechazada de pleno y que chocaría con la tradición de los países escandinavos.
Carlos XVI Gustavo, cuya primogénita goza desde hace años de más popularidad que él, también ha vivido momentos más propicios, como cuando su discurso emotivo y personal tras la muerte de un millar de suecos en el tsunami del sudeste asiático en 2004 le hizo ganarse muchas simpatías entre sus súbditos.