Madrid, 26 (EFE).- El Congreso se ha sumergido hoy en la ciencia y durante tres días va a escuchar las evidencias científicas sobre numerosos temas de actualidad; se sitúa así junto a las asambleas legislativas más avanzadas del mundo, que cuentan desde hace años con sus propias oficinas de asesoramiento científico.
La Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso (conocida como «Oficina C») ha inaugurado hoy la «Semana C», durante la que se van a presentar los seis nuevos informes científicos que ha elaborado, en los que se resumen el contexto regulatorio y las evidencias científicas y tecnológicas sobre los diferentes asuntos que han analizado a petición de la cámara.
Los nuevos informes, en los que han participado más de cien investigadores españoles de numerosos centros y universidades de todo el mundo, versan sobre «Envejecimiento y bienestar»; «Calidad del aire: avances y mejores prácticas»; «Incendios forestales y restauración de zonas quemadas»; «Avances en enfermedades neurodegenerativas»; «Avances en neurociencias: aplicaciones e implicaciones éticas»; y «Desinformación en la era digital».
La Oficina C, que se puso en marcha hace tres años para asesorar a los parlamentarios y conectar el sistema español de ciencia e innovación con las Cortes, ya había presentado con anterioridad informes sobre asuntos como el hidrógeno verde como combustible, los últimos avances en el tratamiento del cáncer o la ciberseguridad, y durante los próximos meses va a centrar su labor en asuntos como la prevención del suicidio o la inteligencia artificial.
La directora de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), Imma Aguilar, ha subrayado durante la inauguración de la «semana C» la trascendencia de conectar el Congreso con la ciencia y de facilitar que la toma de decisiones políticas esté siempre basada en el conocimiento y en la evidencia científica.
Aguilar ha incidido en la importancia de que existan instituciones «puente» que conecten los diferentes ámbitos y de estimular el surgimiento de un nuevo «ecosistema» en el que los parlamentarios puedan mejorar su formación e información con el asesoramiento y el conocimiento científico.
La directora de la FECYT -dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades- ha subrayado la necesidad de que el poder legislativo esté abierto a las evidencias científicas y la relevancia que van a cobrar nuevas profesiones ligadas a la investigación, entre ellas las de gestor de la ciencia, la de divulgador científico o la del «científico» de datos.
El letrado Pedro Peña Jiménez, director de Estudios, Análisis y Publicaciones del Congreso, ha valorado que la «Oficina C» sitúa la cámara baja a la altura de las asambleas legislativas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Alemania, que cuentan con organismos de asesoramiento científico desde hace años, y ha destacado la importancia de el trabajo parlamentario se provea de las evidencias científicas de los asuntos en los que está trabajando.
Peña Jiménez también ha puesto el acento en lo que «no» es la «Oficina C»: no es un organismo de verificación ni de comprobación de datos y hechos; no es un centro que realice investigación propia; y no es un organismo que haga ni sugiera política científica, lo que corresponde al Gobierno y a las cámaras legislativas.
Durante la jornada de hoy se han dado a conocer además los nuevos «emparejamientos» en el que un grupo de nueve científicos de distintas disciplinas va a trabajar durante los próximos meses junto a otros tantos diputados, representantes de ocho grupos parlamentarios y de diferentes comunidades autónomas.
El vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez, ha subrayado la solidez que reporta el trabajo y el conocimiento de los científicos y se ha mostrado convencido de que la creación y las actividades de la «Oficina C» garantizan «un salto cualitativo en la función del trabajo parlamentario».
Alfonso Rodríguez, quien ha sustituido a la presidenta de la cámara, Francina Armengol, en el acto de clausura de la primera jornada de la «Semana C» , ha parafraseado a la científica Margarita Salas para asegurar que «un país sin ciencia es un país sin desarrollo» y ha valorado que «la casa de la palabra» se vaya a convertir durante tres días también «la casa del conocimiento».