Manali (India), 23 may (EFE).- El director español de cine Salvador Calvo se encuentra en la cordillera del Himalaya rodando ‘Valle de sombras’, una película protagonizada por Miguel Herrán, embarcado en una aventura que reflexiona sobre la culpa en una zona llena de peligros en el norte de la India.
El director español de cine se trasladó al norte del país asiático para rodar su tercer largometraje, un proyecto que tardó tres años en materializar y que espera ver la luz a finales del próximo invierno.
Para que ‘Valle de Sombras’ respirase verdad, Calvo creyó fundamental trasladar a su equipo al país asiático para rodar una parte de la película, que ocurre en el valle de Kullu, en el estado norteño indio de Himachal Pradesh.
«La India, si la conoces, es muy difícil de recrear. Hemos intentado recrear algunas cosas, parte del rodaje se ha hecho en España, en Gran Canaria, pero la India tiene unos paisajes y unas gentes que yo creo que es muy difícil de reproducir», indicó Calvo en una entrevista a EFE.
La idea de narrar una historia sobre esta zona tan remota y desconocida del Himalaya surgió cuando el director español, que planeaba un viaje a la India a finales de los 90, escuchó noticias de mochileros que habían sido atacados por maleantes locales.
La zona, sagrada para muchas culturas y religiones, atrajo a turistas de entre 20 y 30 años «a divertirse, a fumar marihuana y a bailar en ‘raves’ música tecno», y algunos desaparecieron en el camino, víctimas de asaltos, posiblemente de locales cansados de este tipo de turismo, explicó Calvo.
«La propia Lonely Planet en 1999 tiene un recuadro en el que avisa que esta zona es conflictiva y que tengan cuidado con aceptar bebidas de gente desconocida o incluso de los propios sadhus, los hombres santos, porque no todos son santos», remarcó el director.
UN VIAJE DE TRES AÑOS
Llevar ‘Valle de Sombras’ a la gran pantalla fue un proceso complejo que Calvo inició en 2020, en plena pandemia, cuando viajó al norte de la India con un pequeño grupo de producción para valorar los posibles escenarios de esta ambiciosa película.
De ahí nacieron Quique (Miguel Herrán), Clara (Susana Abaitua) y el pequeño Lucas (Iván Renedo), una familia que decide viajar a la India para curarse de las heridas de un cáncer cuando una decisión cambia por completo el rumbo de sus vidas.
«Aunque es una decisión que empieza muy bien, y que (el protagonista) cree que es algo muy bonito, acaba sucediendo algo terrible que hace que Quique se quede aislado en un pueblo perdido y tenga un duelo consigo mismo», relató en una entrevista a EFE Miguel Herrán.
La historia se ambienta en 1999, cuando todavía no existían los teléfonos móviles ni el Wi-Fi, y reflexiona sobre el duelo personal que atraviesa Quique para afrontar un dilema que le ayudará «a aprender a perdonarse y a continuar con la vida», agregó el actor.
PRODUCCIÓN ESPAÑOLA CON PERSONAL DE LA INDIA
De las 125 personas que trabajan tras las cámaras para esta parte del rodaje, la mayoría son indias aunque la cinta es una producción española, una peculiaridad que ha ayudado a sortear gran parte de los desafíos que presenta un rodaje en los Himalayas.
“Manejar multitudes en la India es un gran lío (…) especialmente cuando Río (Miguel Herrán) está rodando aquí. Todo el mundo lo llama Río. Es un actor muy popular en la India y La Casa de Papel es una serie muy popular en la India. Todo el mundo quiere hacer fotos con él, así que tenemos una seguridad muy estricta», indicó a EFE el productor indio de la película Kunal Srivastav.
Rodar fuera de casa “es bastante complejo, complicado y duro a veces porque las condiciones no son las mismas”, señaló por su parte Calvo, que rodó su segundo largometraje, «Adú» (2020), con el que logró un Goya a la mejor dirección, en Benín.
Pero a diferencia del país africano, “en la India hay una industria ya muy potente cinematográfica, y sí que es verdad que hemos contado con una serie de servicios que de otra manera hubiera sido imposible, porque traerte todo el material de España era una locura”, sentenció Calvo.
Mikaela Viqueira