La clave reside en sus bajos impuestos, sus escasas trabas regulatorias y su apuesta por perseguir el fraude fiscal
La Comunidad de Madrid presenta el menor ratio de economía sumergida de toda España, con un 16,2% en relación a su PIB. Esto es siete puntos menos que la media nacional, que se sitúa en el 23,1%. El consejero de Hacienda y Función Pública, Javier Fernández-Lasquetty, ha señalado que los factores que más inciden en la proliferación de estas actitudes son “los costes elevados del sistema impositivo, la excesiva regulación de la actividad económica y la escasa persecución del fraude fiscal”.
Diversos estudios han llegado a esta conclusión. El reciente informe La tributación del ahorro y su incidencia en la reactivación económica desde la perspectiva regional, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y CEIM, así lo atestigua.
Tras el mencionado 16,2% de Madrid se sitúa el 17% de País Vasco, el 18% de Navarra y el 20,6% de Cantabria. En el otro extremo se sitúan Castilla-La Mancha, con un 27,2%, Canarias con un 26,1% y Comunidad Valenciana con el 24,8 %.
Esta menor incidencia de la economía sumergida ha supuesto, según una estimación de la Consejería de Hacienda y Función Pública, que Madrid esté recaudando 1.600 millones de euros más si el peso de la misma se equiparase al nivel de la media nacional.
Por otro lado, el trabajo del Gobierno regional para combatir el fraude fiscal se ha traducido en la detección de 302 millones de euros sin declarar en impuestos autonómicos a lo largo de 2019 (últimos datos disponibles), que suponen el 13,7% de los 2.212 millones de euros que recauda la Administración regional. Esto quiere decir que por cada euro que emplea la Comunidad en luchar contra el fraude se recuperan 64,1, situándose el beneficio neto en más de 260 millones de euros.