Constatan la eficacia de combinar taxonomía con las nuevas técnicas moleculares para identificar especies

Fotografía facilitada por la EBD-CSIC de un grupo de qurirónomidos, una familia que reúne más de 7.000 especies de pequeños insectos. EFE

Huelva, 9 jun (EFE).- Un estudio con participación de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha constatado la eficacia de combinar el trabajo de identificación de taxonomistas con las nuevas técnicas moleculares para inventariar la biodiversidad de especies.

La investigación parte de la base del desacuerdo existente en la comunidad científica sobre cuál es el mejor método para identificar especies, si la automatización de este proceso gracias al avance de técnicas moleculares o los taxonomistas convencionales, personas expertas en identificación de especies.

Este equipo científico ha comparado por primera vez la eficiencia del trabajo tradicional de los taxonomistas frente a las técnicas moleculares automatizadas, como el DNA barcoding, para esta tarea; y ha conseguido desarrollar una metodología que consigue identificar la mayoría de las especies procesando tan sólo el 10 % de los especímenes de una muestra combinando estas dos metodologías, ha informado la EBD-CSIC en un comunicado.

El estudio ha sido liderado por la investigadora predoctoral Caroline Chimeno de las Colecciones Estatales de Ciencias Naturales de Baviera (SNSB) y el investigador Viktor Baranov de la EBD-CSIC y para su desarrollo se ha centrado con los quironómidos, una familia que reúne más de 7.000 especies de pequeños insectos.

El estudio se realizó en el Noreste de Alemania, en los campos de estudio del Instituto Leibniz de Ecología de Aguas Dulces y de Pesca Interior (IGB), en la que se logró detectar más de 80 especies.

Descubrieron que identificando menos del 10 % del contenido de una muestra se podía detectar de forma fiable el 90 % de las especies de la muestra. Sin embargo, también se comprobó que el 9 % de los especímenes eran identificados erróneamente por taxonomistas.

Estos errores podrían haberse pasado por alto si no hubiera aplicado el DNA barcoding, una técnica en la que se usa la secuencia del ADN de un espécimen y se compara con otra de referencia para saber si coincide o no y, por lo tanto, si se trata de esa especie.

Por el contrario, los expertos fueron capaces de ofrecer información sobre determinadas especies en el 14 % casos en los que los métodos moleculares no podían hacerlo.

A partir de este análisis, el equipo ha desarrollado un marco nuevo que combina el enfoque tradicional y el molecular para el procesamiento de grandes muestras de insectos, un producto típico, pero aún poco utilizado, de los programas de seguimiento ecológicos.

Actualmente, «se está reduciendo el número de taxonomistas, por razones relacionadas con la falta de financiación para la formación a largo plazo y el empleo, lo cual está ralentizando los esfuerzos de entender la pérdida de biodiversidad y el impacto del cambio climático», ha explicado Baranov.

«Con este estudio hemos demostrado que los debates actuales sobre la apuesta, o bien por los expertos taxonomistas, o bien por la identificación automática de los insectos no son acertados, puesto que las tecnologías son necesarias para aumentar la capacidad humana, pero son difícilmente capaces de reemplazarlos en algunos casos», ha afirmado el investigador. EFE

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