Córdoba, 3 may (EFE).- La fiesta más señera de Córdoba, el Festival de los Patios, retoma la normalidad tras los dos años de pandemia con la monitorización de sus visitantes a través de la telefonía móvil, lo que permitirá al Ayuntamiento disponer de un gran volumen de datos anónimos para facilitar su gestión.
En el año siguiente del de su centenario, el Festival, creado en 1921, ha cambiado los drones utilizados para el conteo en tiempo real del público acumulado por zonas en las ediciones de octubre de 2020, atrasada a ese mes por la pandemia, y en la del pasado año, por la aplicación de los macrodatos, o big data, a través de la telefonía móvil.
El conteo se hará en esta edición del aforo mediante sensores ubicados en la puerta de cada uno de los 59 patios presentados a concurso en las tres modalidades, arquitectura tradicional, moderna y singular, en lo que, para el alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP), es «la fiesta que nos identifica en el mundo porque es la que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».
La Unesco así lo declaró en 2012, uniéndose a la Mezquita-Catedral (1984) y al Casco Histórico (1994), distinción a la que luego se sumó el Conjunto Arqueológico de Medina Azahara (2018).
Por ello, opina Bellido, «también es la que tenemos que cuidar más y también es la que tiene un atractivo turístico mayor» y distingue a Córdoba «respeto otras fiestas que sí son más habituales en otras ciudades de nuestro entorno».
Para arrancar el Festival, media hora antes de la apertura de los patios, que franquearán sus puertas cada día a las once de la mañana, se había elegido el de Martín Roa, 7, en el Alcázar Viejo, la zona por antonomasia de los patios cordobeses, que este fin de semana ya ha batido récords de afluencia, antes de comenzar el concurso, según le confesó su propietaria, Rosa María Collado, al alcalde.
Falló la previsión meteorológica, que no daba lluvia hasta mediodía, y el arranque coincidió con un intenso aguacero que preocupó a Rosa, tan orgullosa de que el Ayuntamiento hubiese elegido el patio de su casa del siglo XVII, por la que «han pasado muchísimos vecinos», para simbolizar el arranque de las dos semanas del Festival como preocupada porque «no haya mucha lluvia para que el jurado pueda valorar bien».
Para ella, la reina de su recinto es la buganvilla, con los mismos ocho años que su hija, una de las más de seiscientas plantas, casi setecientas macetas, acierta a vaticinar, que cuida, pero que no cuenta porque «da mala suerte».
El Ayuntamiento de Córdoba no ha querido confiar en la fortuna y ha apostado por la tecnología, no solo para conocer los flujos de movimiento y «saber en cada momento dónde se puede estar dando pico de acumulación de muchas personas», según aludió el alcalde, sino también para obtener datos que permitan la gestión de los servicios públicos, conforme aseveró la delegada municipal de Transformación Digital, Lourdes Morales (PP).
Para ello, el consistorio tendrá acceso a los datos de los dispositivos móviles de un número de compañías que no determinó que facilitará datos «‘anonimizados’ de las personas que llegan» y que facilitarán datos personales, como la edad o la nacionalidad, de su recorrido por la ciudad e, incluso, si pernocta o no en Córdoba.
Aparte del discurrir del turista en Córdoba, el alcalde afirmó que el sistema permitirá llevar a cabo «una promoción de la ciudad mucho más afinada, mucho más sectorizada, y en, definitiva, mucho más eficiente».
Llega la hora de abrir el patio y ya están allí dos de los controladores que desde hace años el Ayuntamiento contrata para regular el flujo de acceso al de Rosa María Collado, cuya presencia agradece «porque sino, sería imposible», al igual que hace para los otros 58 a concurso.
Además, hay siete patios institucionales que estarán abiertos durante las mismas dos semanas que estos. Uno de ellos es el de la Casa Museo de Julio Romero de Torres, un fondo pictórico que gestiona el Ayuntamiento de Córdoba pero, que en la parte donde se encuentra, está en la parte del complejo que forma con el Museo de Bellas Artes que es competencia de la Junta de Andalucía.
El edificio es propiedad de la Diputación de Córdoba y su presidente, Antonio Ruiz (PSOE), ha abierto también este martes, en el recinto que durante décadas acogió a la familia Romero, el VII Concurso de Patios Rejas y Balcones de la provincia de Córdoba, dentro de una apuesta, dijo, por «un sector tan estratégico y tan importante para nuestra provincia como es el turismo».
En veintiún municipios participan 92 espacios entre los veintidós patios, 45 rincones típicos y veinticinco rejas y balcones, veintidós sitios menos que el año pasado, fundamentalmente como consecuencia de la calima que sufrió la Península en marzo pasado.
Alvaro Vega