De la Fuente y una reivindicación justificada

- El seleccionador nacional de España Luis de la Fuente durante el partido correspondiente a la fase de grupos de la Liga de Naciones que las selecciones de España y Serbia disputaron en el estadio Nuevo Arcángel, en Córdoba. EFE/Julio Muñoz

Madrid, 16 oct (EFE).- La ventana de octubre de 2024 quedará para el recuerdo por la reivindicación de Luis de la Fuente. De un perfil bajo en sus declaraciones, a lanzar dardos directos. Del nerviosismo por momentos en la exposición, a la máxima confianza. Respaldado por una reconstrucción repleta de éxito y una racha de resultados incesante, el seleccionador pone en valor su figura.

Y si no lo hiciese De la Fuente no lo haría nadie en tiempos revueltos en la Federación española. Hacía esa dirección fue el primer dardo de una persona tan corporativista en el pasado. Cansado de una situación insostenible, aún sin cobrar la mejor salarial del contrato pactada. Ni la conquista de la Eurocopa 2024 permitió hacer una excepción para mejorar una cantidad económica muy alejada de un seleccionador que devuelve la gloria a su selección.

De la Fuente acabó con una sequía de once años sin títulos. Sin hacer ruido, con un perfil bajo por el que apostó Luis Rubiales, por entonces presidente de la RFEF, para dar un giro radical al perfil anterior, el de Luis Enrique. Una Liga de Naciones a la que llegó siendo examinado al detalle, sin su continuidad asegurada por un batacazo en Escocia, su única derrota en partido oficial en el cargo.

A la conquista le siguió la reacción con una racha de triunfos que ya no encontró fin en una Eurocopa impecable en Alemania. Nunca nadie hasta la actual España, había ganado todos los títulos rumbo a un título que volvió a provocar el reconocimiento del fútbol mundial y resucitar la pasión por la selección que no se vivía en el país desde el 2012.

La afición española se tiró a las calles de Madrid para celebrar el éxito y tres meses después recibió a los campeones con pasión en Murcia y Córdoba. Estadios llenos, ánimos continuos en el partido, apoyo a los jugadores, con especial reconocimiento al capitán Álvaro Morata para convertir en apoyo lo que antes eran silbidos e impulsarle a marcar el tanto a Serbia con el que cerró su mala dinámica goleadora como internacional. Ya a un tanto de Fernando Torres para ser el tercer máximo artillero de la historia de la Roja.

«Quería recuperar el espíritu del espíritu del 2010 y ahora hay que alimentarlo», dijo con orgullo De la Fuente. «Este equipo engancha al aficionado y esto no puede ser efímero. Veo a 50.000 croatas recibir a su selección cuando llega al campo y lo quiero aquí. ver esta reacción del público en mi país hace que me sienta orgulloso y emocionado. No entremos en conflicto de clubes porque esto es la selección», añadió.

Pero el mérito de Luis de la Fuente engloba el momento por el que transita el fútbol español. Con una convocatoria repleta de bajas. Sin siete de los que fueron titulares en la final de Berlín del pasado julio. Sin capitanes de la importancia de Rodri Hernández y Dani Carvajal. Hasta sin los extremos que hicieron evolucionar el estilo contra Serbia, Nico Williams y Lamine Yamal, el técnico se reinventa y mantiene una racha triunfal que le ensalza como entrenador: 16 triunfos y un empate en sus 17 últimos encuentros.

Es una nueva batalla que libró De la Fuente. Más que nunca en esta ventana en la que numerosos jugadores se han caído de sus selecciones por pequeñas molestias que no les impedirá jugar con sus clubes en sus ligas tras dos semanas de ausencia con sus selecciones. Hizo jugar a Lamine Yamal 91 minutos ante Dinamarca y fue criticado desde Barcelona por lo que se consideró no cuidar al jugador.

Si ocurrió en dos partidos en los que se jugaba el pase a cuartos de final de la Liga de Naciones, se imagina lo que está por venir en noviembre en el que solamente España peleará por el primer puesto en un nuevo parón incómodo para los clubes. «Esto es la selección española, no es un partido de la comunidad de vecinos», dijo a EFE.

«Estamos obligados a jugar al máximo con los mejores jugadores de España y los futbolistas están encantadísimos de estar aquí y jugar con la selección. En noviembre vendrán los que creemos que son los mejores», anticipó De la Fuente que seguirá su camino exitoso soportando que ahora le llamen «agrandado» y sacando pecho cuando toca. Sus resultados, la familia en la que ha convertido la selección y la profundidad de jugadores para elegir que dan buen rendimiento con él al mando, le avalan.

«No se trata de estar agrandado, son cosas ciertas. La tierra es redonda aunque algunos piensan que es plana. No se puede ir contra las cosas ciertas. Estoy muy tranquilo, no estoy agrandado, pero si lo estuviera me lo habría ganado porque otro en estas circunstancias tiraría de carisma. Yo soy humilde y no voy a cambiar., Ahí la dejo, baílala». La reivindicación de un nuevo Luis de la Fuente.

Roberto Morales