Ginebra, 20 dic (EFE).- Un equipo de tres miembros de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos viajará la próxima semana a Siria para apoyar los esfuerzos «encaminados a garantizar que la transición en el país es inclusiva y respeta el marco de la ley internacional», anunció este viernes el portavoz Thameen Al Kheetan.
«No hemos estado en Siria durante años, por lo que es importante comenzar a establecer una presencia que esperamos nos ayude a complementar el resto de trabajo de Naciones Unidas en términos de derechos humanos», destacó en rueda de prensa el portavoz de la oficina que encabeza el alto comisionado Volker Türk.
Añadió que «la justicia transicional y la construcción de confianza comunitaria, con base en los derechos humanos, serán importantes en el futuro de Siria y son la única forma de atender el enorme dolor sufrido por individuos y familias en el país».
En alusión a esa justicia transicional, que debería juzgar los crímenes cometidos por los distintos bandos durante la guerra civil, el portavoz insistió en que el Gobierno de transición tome medidas para preservar las evidencias.
«Ello incluye fosas comunes y documentos de prisiones, centros de detención, ministerios e instituciones estatales, así como otras pruebas que puedan ser cruciales a la hora de documentar lo ocurrido y permitir que los responsables rindan cuentas», subrayó.
Al Kheetan destacó por otro lado, en relación con esa justicia transicional, el reciente nombramiento de la mexicana Karla Quintana como jefa de la nueva Institución Independiente para Personas Desaparecidas en Siria, aprobada por la Asamblea General de la ONU el pasado año.
En la misma rueda de prensa para los periodistas acreditados ante la ONU en Ginebra participó desde Damasco la representante en funciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Siria, Christina Bethke, quien subrayó las enormes necesidades que sigue teniendo la población del país tras 14 años de conflicto.
«Las poblaciones desplazadas, especialmente aquéllas que viven en campamentos informales, son especialmente vulnerables al estar en condiciones de hacinamiento, inseguridad alimentaria y condiciones inadecuadas de higiene». destacó.
Esas zonas son «campos de cultivo para problemas nutricionales, infecciones respiratorias y otras enfermedades contagiosas que pueden llevar a problemas de salud a largo plazo», explicó, recordando que se detectaron brotes de cólera en emplazamientos de ese tipo en Siria durante los pasados dos años.
Bethke agregó que en una nación que ha sufrido más de una década de conflicto y desplazamientos los servicios de salud mental y psicosociales son críticos.
La responsable de la OMS indicó por otro lado que en las últimas tres semanas, marcadas por la ofensiva final de los rebeldes que condujo a la caída del régimen de Bachar al Asad, se registraron 36 ataques a instalaciones sanitarias en Siria, una cifra que superó la de todo el año 2023 (26).
Esos ataques recientes causaron 23 muertos y 128 heridos, incluyendo 25 que afectaron directamente a instalaciones sanitarias como ambulatorios u hospitales, detalló.
Indicó, por último, que la OMS ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para recaudar 56,4 millones de dólares con el fin de atender las necesidades más urgentes en Siria durante los próximos seis meses.