Nueva York, 6 nov (EFE).- El republicano Donald Trump ha vencido con claridad en Dearborn, la ‘ciudad árabe’ por excelencia de Míchigan, uno de los estados bisagra en los que se jugaban las elecciones presidenciales y donde la comunidad árabe ha sido cortejada durante la campaña por ambos candidatos en un año de gran descontento por la guerra de Gaza.
En Dearborn, donde el 55 % de sus residentes son de origen árabe y su alcalde fue el primer árabe-estadounidense en encabezar un gobierno municipal, Donald Trump obtuvo un 42 % de los votos, mientras que Kamala Harris se quedó en 36 % y la independiente Jill Stein logró un18 %, según recoge este miércoles el diario Detroit Free Press con la totalidad de votos escrutados.
Comparado con 2020, es una gran derrota para los demócratas, pues en las elecciones de 2020 Joe Biden se hizo con el 68 % de los votos y Trump solo con el 30 %, pero entonces no había comenzado la guerra de Gaza, que hizo que una gran parte de la comunidad árabe de Míchigan volviera la espalda al Partido Demócrata.
En Hamtramck, otra ciudad de mayoría árabe de Míchigan y también con un alcalde de ese mismo origen, la victoria en las presidenciales ha sido para Kamala Harris (46 % frente a 42 % para Trump), pero en este caso destaca el gran desgaste de los demócratas, que en 2020 se habían hecho con el 85 % de los votos para Biden.
Michigan es uno de los últimos estados donde aún no se ha anunciado un ganador -junto con Arizona y Nevada-, aunque ya hay datos del 95 % de colegios y Donald Trump lidera el recuento por dos puntos de diferencia, según los datos de la agencia AP.
La comunidad árabe de Míchigan se consideró clave durante la campaña porque su importancia numérica es mayor que en cualquier estado, pero finalmente los ‘estados bisagra’ no lo han sido tanto y Trump ha ganado en Georgia, Wisconsin y Carolina del Norte, y lidera el recuento en los cuatro restantes.
Pero durante la campaña, cuando se suponía que la pelea electoral sería más ajustada, los demócratas temían que la comunidad árabe, tradicionalmente demócrata, les diera la espalda por el férreo apoyo que Biden había dado al Gobierno de Israel, que provocó abundantes protestas a nivel local pero también en toda la nación, con manifestaciones en los campus universitarios que no se veían desde la guerra de Vietnam.