Málaga, 1 mar (EFE).- El festival de cine español de Málaga comienza su vigésimo séptima edición con una película de dibujos animados, ‘Dragonkeeper’, dirigida por Salvador Simó -el autor de ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ (2018)-, que salta al cine infantil con una historia de aventuras y dragones en la China milenaria.
«‘Dragonkeeper’ habla del poder de elegir tu destino», ha explicado Simó en una conversación con EFE sobre su regreso al cine español con una coproducción china que le ha llevado más de seis años completar, un proyecto atravesado por una larguísima pandemia en dos fases -«en España y en China», apunta Simó-, y que está basado en el best-seller infantil del mismo título de la autora australiana Carole Wilkinson.
La película, con exquisitas ambientaciones y unos maravillosos muñecos animados, desde los dragones a los malísimos emisarios del emperador, «habla del hecho de poder elegir tu destino, de lo que quieres hacer con tu vida, aunque muchas veces las circunstancias parezca que te obligan a algo, eso no está escrito en piedra».
Simó cuenta a EFE que él mismo luchó por su destino: Después de la premiadísima historia de ‘Buñuel…’ estuvo un año sin encontrar trabajo, se fue a Londres y trabajó en VFX grandes producciones como ‘Piratas del Caribe: la venganza de Salazar’ o ‘Maléfica 2’ hasta que los productores de ‘Dragonkeeper’ le ‘ficharon’.
«Una de las cosas que hablamos antes de aceptar la dirección de la película fue que yo quería hacer una película que recuperase el cine de aventuras con el que nosotros crecimos, Los Goonies, Indiana Jones, pelis que cuando las veías, te emocionabas», señala Simó.
Pin es una niña esclava -la historia ocurre durante el reinado de la dinastía Han, año 206 a.C- que no sabe que su destino va ligado al de la supervivencia del último dragón. Ella es una ‘dragonkeeper’, una guardiana de dragones, que debe rescatar al último huevo de dragón, deseado por el emperador enfermo, ya que otorga el poder de la inmortalidad.
Adaptar esa historia de la tradición china a un publico occidental y variado ha requerido ajustes de guion, de los que se ha encargado Pablo Castrillo en coordinación con Li Jiannping, decano de animación de la Universidad de Pekín.
«Creo que hemos logrado un proyecto que va a funcionar muy bien en China y también fuera»; la cinta se estrenará en EEUU el 5 de abril y en España, el 19.
Pero, sobre todo, enfatiza Simó «es una película de dragones, solo que estos son guays, con ellos puedas tener una empatía y conectar». Más complicado es explicar al público del siglo XXI por qué la anciana que cuida de la pequeña huérfana Pin es maltratada y golpeada por su ‘amo’, un concepto que, afortunadamente, ha quedado ya en el pasado.
«Yo creo que hay que mostrar las cosas, hay que ser fieles a lo que ocurría en ese tiempo, ya con Buñuel y el maltrato animal lo vimos -recuerda-, pero es que eso ocurría, no sé por qué tenemos que disfrazarlo».
«Y más en el tema de la defensa de los derechos de la mujer, hay que mostrarlo, y sacar los trapos sucios. Hacer esta película de otra manera, sin mostrar cómo se trataba a las esclavas, me parece una falta de respeto», añade el realizador.
Simó, que ya presentó aquí su primera película, asegura que si entonces el festival de Málaga le «robó el corazón». Y repetir es «un honor enorme».
«Hay que felicitar al festival por las agallas de abrir el certamen con una película de animación en un momento en el que el talento español en la animación está explotando», ha considerado.
En pocos días, dice, «veremos ‘Robot Dreams’ compitiendo en los Óscar contra películas de presupuestos increíbles. Si vieran el presupuesto de ‘Robot Dreams’ se caerían al suelo, y estamos ahí, con americanos y japoneses».
«El futuro es imparable, lo que necesita la animación española es más apoyo institucional», considera, y lamenta que esa escasez lleve a los creadores a coproducir con grandes financiadores que, al final, se llevan la mayor parte de los beneficios.
‘Dragonkeeper’ da el pistoletazo de salida a una maratón que durante diez días, proyectará más de doscientas películas, con 19 a concurso y este año, otros tantos casi en paralelo fuera de concurso.