Edward Quinn, el notario de la «alegría de vivir» de Picasso en la Costa Azul

Una de las fotografías que forman parte de la exposición "Edward Quinn: Picasso y los años dorados de la Costa Azul", que se ha presentado este viernes en el centro cultural La Malagueta en la capital malagueña con motivo de la celebración del Año Picasso 2023. EFE/ Álvaro Cabrera

José Luis Picón

Málaga, 24 feb (EFE).- Picasso confesó alguna vez que los años más felices de su vida fueron los que pasó en la Costa Azul, cuyo clima y paisaje seguramente le recordaban a su Málaga natal, y hubo un fotógrafo irlandés, Edward Quinn, que se ganó su amistad y confianza para dar fe de esa felicidad durante veinte años.

La primera retrospectiva de Quinn en España se inaugura este viernes en el Centro Cultural La Malagueta, en el coso donde nació, durante su infancia en Málaga, la afición de Picasso por los toros, y esta exposición se enmarca en los actos conmemorativos de los cincuenta años de la muerte del artista malagueño.

Para Wolfgang Frei, director del Archivo Quinn y sobrino del fotógrafo, la clave para conseguir la amistad de Picasso radicaba en «que no le molestaba» y la de su tío era «una presencia discreta».

«No hacía posar a Picasso ni utilizaba luz artificial o flash. Edward Quinn prefería fotos más espontáneas y más ‘silenciosas’. La mayoría son tomas rápidas, algunas parecen incluso desenfocadas y eso les hace tener un encanto especial», añade Frei.

Su tío quería ser al mismo tiempo «un buen fotógrafo y un buen amigo» de Picasso, afirma el director del Archivo, que precisa que «no hay que olvidar que era también periodista y quería retratar las escenas con objetividad, pero no quería que la gente a la que retrataba saliera mal o quedara comprometida con su foto».

Entre las fotografías que se exponen en Málaga, Frei se queda con una en la que aparece una litografía creada en Vallauris y en la que Picasso escribió la dedicatoria «Para mi amigo Quinn», porque «era realmente una amistad lo que tenían».

Como señala la comisaria de la exposición, Cristina Carrillo de Albornoz, en esos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial «todo el mundo buscaba lo que Picasso plasmó en un cuadro que pintó en Antibes, ‘La alegría de vivir’, y qué mejor que hacerlo en el soleado sur de Francia».

«Picasso decía que esos años fueron seguramente los más felices de su vida. Se fue a Francia muy joven y París era lo más fascinante que había visto, la capital de la cultura, pero su corazón estaba en el sur y en el Mediterráneo», agrega la comisaria.

En ese lugar «celebró la vida de una forma muy especial, porque le encantaba el mar y estaban con él todos sus hijos y grandes amigos, artistas y actores, tuvo nuevas amantes, redescubrió su pasión por los toros y creó muchas de sus grandes obras, porque la creatividad intensa explotó en el sur».

Carrillo de Albornoz está «segura» de que Picasso sintió allí una conexión con su origen, ya que «siempre hablaba en general del soleado sur, pero en realidad se refería a Málaga, de donde se tuvo que ir para romper fronteras interiores con el academicismo que aprendía de su padre, pero su corazón estuvo siempre en el sur y en el Mediterráneo».

Picasso es el gran protagonista de la exposición, pero también están grandes estrellas del cine que pasaron ante el objetivo de Quinn, como Audrey Hepburn, Brigitte Bardot, Sofía Loren, Ingrid Bergman, Marlon Brando, Yul Brynner, Burt Lancaster, Gary Cooper, Alain Delon, Rita Hayworth, Marlene Dietrich, Kirk Douglas, Greta Garbo, Steve McQueen, Alfred Hitchcock, Grace Kelly o Cary Grant.

Quinn, que logró captar a un Picasso distendido y bromista, que se disfrazaba ante su cámara de torero o fingía tocar la guitarra ataviado con un sombrero cordobés, explicó en alguna ocasión que «estar a solas con Picasso fue fácil y difícil al mismo tiempo».

«Fácil, porque nos sentíamos bien juntos; ambos nos dejábamos trabajar en paz. Difícil, en la medida en que tenía que sopesar hasta dónde podía llegar para obtener las fotos documentales que quería sin que finalmente molestara su trabajo», afirmó Quinn.